Historiador

Según me han comentado, en las postrimerías de la dictadura y durante los primeros años de la transición, existía una patrimonialización a la hora de alardear de español. ¡Quién lo diría cuando, hoy en día, es acusado de antipatriota y desleal aquél que se atreva a criticar los errores de la derecha! Europa, España, Extremadura. Tres realidades muy presentes en nuestro actual devenir. El concepto de región lo hemos ido asimilando desde aquellas ya lejanas muestras de concienciación identitaria: primeros Días de Extremadura, Semanas de Extremadura en la Escuela, el anhelo al poder decidir nuestro porvenir, banderas, himno, estatuto...

El concepto transnacional de España cuesta algo más entenderlo, fundamentalmente desde el Sur, donde nuestras aspiraciones socio-económicas tendían a buscar puentes con las zonas más desarrolladas. El sentimiento europeo se está construyendo junto con el debate sobre aspectos tan variados como la futura Constitución y su aparente tradición cristiana, concepción arraigada en la Historia y en la cultura, su futura ampliación y el juego de equilibrios que acarreará o la interesante polémica acerca de la necesidad de configuración de una presidencia permanente. Años atrás, Felipe González nos recordaba que el afán de consenso de la sociedad española hizo que nuestra Constitución se desenvolviese dentro de un clima político templado que facilitó, paulatinamente, cuestiones trascendentales como el ingreso de España en Europa, la unanimidad a la hora de eliminar las barreras físicas o la aparición de la moneda única. Este será el mundo en el que nos desenvolvamos. Esperamos que lo mejor esté por venir. Miremos al futuro.