El frecuente desatino empleado por los responsables de aplicar las leyes, son la causa de la desconfianza que la sociedad tiene de su imparcialidad.

Las desacertadas ocurrencias de los políticos mandatarios, que favorecen a los que se burlan de las leyes, incitan a los respetuosos a la rebeldía. Fueron muchos los que dejaron de dar vueltas con el coche hasta encontrar un aparcamiento válido, y no ser tan escrupulosos en infringir las leyes de tráfico, el día que el alcalde de Badajoz hace años perdonó todas las multas de tráfico atrasadas, hasta de los que se jactaban de coleccionarlas. Lo mismo puede suceder con los que respetan la ley del suelo para construir una casa en el campo, cuando legalicen el terreno de los que se pasaron la ley por el forro, construyendo el sitio prohibido. Enconado esfuerzo de las testas pensantes de los diferentes organismos, para evitar sancionar a los que pisotean las normas establecidas. La debilidad de nuestros mandatarios se pone en constante evidencia, porque después de ensanchar más una amplia calzada, en lugar de sancionar ejemplarmente a los conductores borrachos que chocaban con la fuente, ahora se habla de escalonar la salida de los niños de los colegios, para que los coches de los familiares que los recogen, no tengan problemas en embotellar la calle. Una ejemplar demostración de eficacia y autoridad.

Emilio Puig Parcerisa **

Badajoz