Una vez más, un enfermo mental grave --según la prensa, padecía una esquizofrenia-- ha pasado a engrosar la lista de verdugos de la violencia machista al haber matado a su mujer en Aranjuez. Como el anciano de Bilbao, que padecía de alzhéimer, o los casos de ancianos cuidadores de familiares enfermos como el de A Coruña... Se están pagando con homicidios y suicidios la falta de previsión del Ministerio de Educación en cuanto al número de MIR especializados en psiquiatría necesarios. Se desmontaron los psiquiátricos y no se crearon soluciones alternativas; los discapacitados psíquicos están en la calle, hasta que cometen una barbaridad y acaban en prisión. El Defensor del Pueblo andaluz realizó una investigación en 1997 que concluía que muchos pacientes eran ingresados en prisión --en establecimientos ordinarios, no en hospitales psiquiátricos penitenciarios-- porque no existía otro tipo de centros para controlar su conducta. Se lee: "Un anciano con una fuerte depresión mata a su esposa. Un familiar aclara que no es un caso de malos tratos". Subtítulo: "La Eurocámara pide más financiación para los programas contra la violencia machista". ¿En qué mejorará la situación de los enfermos psíquicos el hecho de que se destine más dinero a la violencia doméstica?

Mientras, el gasto del Insalud respecto al PIB ha descendido y España es uno de los países con menos camas hospitalarias de la UE. Se quejan de que en el 76% de las muertes por violencia machista no hubo denuncias. Es muy difícil que las haya, ya que muchas descompensaciones psíquicas, por enfermedad o desesperación, no vienen precedidas necesariamente de violencia.

Amaia Beranoaguirre **

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