Hace unas décadas, el manual de Paul A. Samuelson o, mejor, su Curso de economía moderna , era libro de texto en Económicas y en algunas otras facultades. Puede que ahora también. En todo caso, una de sus primeras lecciones --la de que un Gobierno tiene que escoger si compra mantequilla o cañones, que todo al tiempo no puede ser porque sus recursos son limitados-- sigue siendo válida. Y perfectamente aplicable a la decisión que tiene que tomar Rodríguez Zapatero sobre el envío de más tropas a Afganistán. Un Ejecutivo que acaba de decidir un recorte del 15% de sus inversiones presupuestarias en desarrollo científico y tecnológico carece de argumentos para justificar el desembolso económico que eso supone. Porque aunque se hable poco de ello, el estado de las cuentas públicas españolas, más que preocupante, es una amenaza gravísima. Como poco a medio plazo. Que Zapatero no haya declarado la guerra a un déficit público que ya anda cerca del 11% del PIB es hasta comprensible en términos políticos. Porque seguramente los ciudadanos aún no están preparados para aceptar los duros recortes que esa guerra implicaría. Entre otras cosas, porque nadie les ha siquiera sugerido que, antes o después, eso va a ser inevitable. Pero resulta inasumible que en un momento como este --que, además, puede prolongarse mucho-- se decida un gasto militar del que se puede prescindir. La crisis económica ha colocado a España en una situación de emergencia nacional en la que el objetivo de llevarse bien con EEUU o el de seguir figurando como país de primera división aspirante a la Champions dejan de ser prioritarios. Aunque peligre nuestro puesto, obtenido de rondón, en el G-20, o aunque Zapatero corra el riesgo de que alguien le mire mal durante su presidencia europea. Y más cuando no se sabe para qué va a servir ese refuerzo de tropas --¿para entrenar a una policía afgana al servicio de un Gobierno corrupto?--, ni tampoco, en conjunto, el plan anunciado el martes por Barack Obama . Porque todo indica que EEUU, y sus socios, van a salir escaldados de Afganistán.