Si ya fue la primera española que presidió el Senado, Esperanza Aguirre Gil de Biedma (Madrid, 3-1-1952) se ha convertido en la primera presidenta de una autonomía por elección (la socialista María Antonia Martínez presidió Murcia --1993-95--, en sustitución de Carlos Collado, forzado a dimitir acusado de irregularidades). ¿Qué vio Aznar en Aguirre, que incluso la hizo ministra?

"Lo que ha visto el presidente --ha dicho ella misma-- es a una mujer con convicciones firmes y con disposición a defenderlas siempre por encima de todo". ¿Y cuáles son las convicciones de la esposa del conde de Murillo, grande de España e hijo de los condes de Bornos? Ante todo el ultraliberalismo de sus admirados Friedman y Thatcher. De esta última ha acuñado la garbancera frase de que "el dinero donde está mejor es en el bolsillo del contribuyente". ¿Quién mejor para gobernar el inescrupuloso Madrid neocapitalista que una dama educada, amante de las privatizaciones y permeable a las exigencias del guión dictado por los poderosos foráneos y de casa? Lo significativo es que Aguirre también ha batido récords electorales. Nada menos que 1.595.260 votos como senadora en 1996. Cuatro años después, bajó ligeramente a 1.562.068. Anteayer, su lista del PP se quedó en 1.333.498. Aparte del paulatino descenso, todos esos madrileños tienen lo que se merecen.