Hay ocasiones en que determinadas actuaciones o manifestaciones de los míos --políticamente hablando-- me decepcionan hasta tal punto que llego a plantearme ¿sería capaz de llegar a votar al contrario?, (en mi caso el Partido Popular). Por más que busco y rebusco, la respuesta que me doy es siempre la misma: un no rotundo; jamás el Partido Socialista podría llegar a ser tan nefasto como lo ha sido el Partido Popular en las épocas y lugares en que ha gobernado. Sin embargo, he aquí que el señor Floriano (don Carlos) ha conseguido hacer tambalear mis principios y me ha proporcionado una razón, sí, una sola, por la cual yo estaría dispuesto a votarle a él en las próximas autonómicas para ocupar la presidencia de la Junta de Extremadura. Y todo gracias a una frase antológica que publican todos los medios de comunicación: "Necesito poder formar gobierno para evitar la refinería y no estaré totalmente satisfecho hasta que no tenga una mayoría para impedir la refinería de petróleo...".

De acuerdo, señor Floriano, le tomo la palabra y le voy a votar, tan sólo para comprobar cómo cumple usted su palabra. Pero antes me gustaría saber de qué medios (legales, por supuesto) piensa usted valerse para impedirlo. Porque si el proyecto de refinería Balboa cumple hasta el más mínimo requisito exigido por la legislación internacional, la nacional y la autonómica, ¿en qué piensa basarse usted para impedir su instalación? Y si este proyecto empresarial cumple igualmente con todos los requisitos para conseguir financiación y subvenciones públicas, ¿cuál será su excusa para no concedérselos? Porque no quiero pensar que recién llegado a la ansiada Presidencia de la Junta vaya a cometer usted delito de prevaricación. ¿O sí?

Y, en cualquier caso, ¿de verdad se atreverá usted a enfrentarse a Caja de Extremadura y otras entidades bancarias; a las organizaciones empresariales y sindicales más representativas de Extremadura; a la universidad; a los miles de extremeños que confían en esta iniciativa para salir del paro, mejorar sus condiciones laborales o poder regresar a su tierra, o más bien se trata de un órdago de quien se sabe perdedor? Adelante, le pediremos que cumpla su palabra.

Miguel Bolz Fernández de Velasco **

Cáceres