Con 69 años y más de la mitad de mi vida adulta dedicada de lleno al ejercicio de la política ya nada me asombra. Por ello, no me asombra que mis compañeros de Partido en Extremadura contesten a mis críticas al resultado obtenido por el PP en las últimas elecciones, con descalificaciones insultantes de tipo personal.

El último descalabro del PP de Extremadura en la égira Floriano es tan evidente que no necesita de muchas explicaciones. En este tiempo nuestro partido ha perdido la mayor parte de los principales ayuntamientos de la región. En cuanto al resultado de las autonómicas, a pesar de la marcha de Rodríguez Ibarra y del apoyo de líderes nacionales que como nunca ha tenido el PP en Extremadura el PSOE sube tres escaños con el nuevo candidato Fernández Vara . No obstante, los dirigentes del PP sin hacer autocrítica alguna, afirman que Floriano no es el problema sino la solución. Y me pregunto ¿la solución para quiénes? A mi juicio lo es para el entorno cercano del actual presidente regional tan responsable como él, que vive muy a gusto en la oposición gozando y disfrutando de las prebendas de sus cargos y que en la mayoría de los casos no tienen a dónde ir si los pierden. De ahí su enrocamiento. La prueba del nueve de esto es el reparto de cargos del nuevo Grupo Parlamentario del PP en la Asamblea y la renovación de Floriano como senador y presidente. Es decir, estamos ante una foto fija del modelo anterior que nos llevó al desastre.

XPERO HOYx lo que más me interesa es contestar a las afirmaciones públicas de Floriano de que soy representante de la nada y de que en lugar de tener la gallardía de acudir a un Congreso, salí corriendo a Madrid con el rabo entre las patas. Afirmaciones que han sido repetidas por otros miembros del partido como altavoces de su presidente. A éstos, por ser jóvenes algunos de ellos, van dirigidas las líneas que siguen, porque estoy seguro que a tenor de sus afirmaciones no conocen la historia del partido en que militan.

En esa historia y en lo que a mi respecta he dedicado a la política activa más de 24 años de mi vida, con sacrificio personal y familiar, riesgo y quebranto económico. Comencé mi andadura política en 1976 y la dejé en el año 2000. En ese tiempo me ha tocado hacer de todo y entre otras cosas: ser secretario provincial de UCD, presidente provincial y regional del PP, miembro de la Ejecutiva Nacional de ambos partidos de los que fui fundador. He sido senador en la legislatura constituyente y en la primera y diputado del Congreso en las cinco siguientes. Fui primer presidente de la Junta Regional de Extremadura, y protagonista en toda la tramitación y aprobación del Estatuto de Autonomía, vicepresidente del Congreso de los Diputados, portavoz del Grupo Popular en el Congreso, portavoz en varias comisiones tanto legislativas como de investigación y ponente de leyes muy importantes. Mis intervenciones tanto en pleno como en comisiones de las Cortes se cuentan por cientos. He recibido el premio de los periodistas parlamentarios en varias ocasiones por mi dedicación a la Cámara, entre ellos el de diputado más trabajador y el de látigo del Gobierno . Mi actuación como diputado en la lucha contra la corrupción, en casos como Rumasa, Fondos Reservados, Cruz Roja, Luis Roldán , y otros, tuvo bastante que ver con el triunfo del PP en 1996. He estado amenazado por ETA de forma personal y directa durante varios años y en consecuencia con escolta. En reconocimiento a todo ello el gobierno del PP me concedió la medalla de Oro del Trabajo y el Gobierno de Extremadura me concedió la de la Región.

Eso es lo que represento y mi legitimación para opinar. Esa historia la conoce perfectamente el señor Floriano, y en consecuencia sus palabras proceden de su mala fe. Confunde ganar un congreso del partido con ganar elecciones. Lo primero es la vía para lo segundo y se consigue fácilmente controlando el aparato del partido, lo segundo se consigue ganando la confianza de los electores, que es lo que Floriano no ha hecho ni sabe hacer.

No. Ni tengo patas ni rabo ni me lo metí entre las mismas para salir huyendo a Madrid, como afirma el actual presidente del PP.

Cuando fui presidente del PP en Extremadura le pedí a Aznar encabezar la lista a la Asamblea por nuestra región y me dijo que no porque me necesitaba mucho en Madrid. Le propuse y aceptó hablar con Enrique Sánchez de León para ofrecerle la candidatura y este último declinó agradecido el ofrecimiento por razones personales. En aquella ocasión el presidente fue Sánchez Quadrado . Posteriormente dejé la Presidencia regional a Barrero en paz y en tranquilidad.

Llegado 1996, estando mi partido en el Gobierno, decidí abandonar el Congreso y la política activa. Esta decisión no fue compartida pero sí aceptada por José María Aznar .

Después de mi paso por la CNMV, en el año 2000, me reintegré a mi puesto de notario en Madrid, que por escalafón me correspondía desde hacía muchos años.

Hoy soy un abuelo feliz, al lado de mi mujer, mis tres hijos y mis cinco nietas. Casi todos los fines de semana recalo en Extremadura, donde pienso estar más aún cuando el año que viene me jubile.

Mi gran preocupación es hoy la difícil situación de España y que el PP gane las próximas elecciones generales para remediarla y que mi partido en Extremadura enderece su camino. Hoy por hoy no pienso volver a la política activa, pero tampoco pienso estar ausente de ella.

*Expresidente del PP de Extremadura