Me gusta recoger expresiones que me impactan de los discursos que escucho y/o leo, de las intervenciones públicas, de las presentaciones que se realizan en distintos actos- luego doy vueltas a las palabras en torno a ideas relacionadas y enhebro una nueva línea argumental.

Así me ha pasado, por ejemplo con el encabezamiento de este artículo. En efecto, el ser humano es capaz de motivarse de manera especial y diferenciadora ante los mismos estímulos. Pongamos algún ejemplo: los símbolos como la bandera, los colores de las selecciones deportivas, los escudos- nos enervan sobre todo cuando salimos de nuestro entorno. Sin embargo, incluso llegan a acomplejarnos en determinadas circunstancias por cuestiones tan ridículas como las asociaciones de conceptos que relacionan de forma opuesta o vinculan valores colectivos, permanentes, históricos- con tradición, conservadurismo, apego- en lugar de modernidad, innovación, universalidad- ¡Cómo sino pudieran complementarse en muchas ocasiones!

Otro caso sucede cuando viajamos. Así a un norteamericano que se encuentre visitando España si se le pregunta de dónde es, rápidamente te contestará: de los Estados Unidos. Por el contrario un español que se desplaza al extranjero, cuando le interpelan por su origen, no duda en decir: "soy de Murcia, de Plasencia-" con un poco de suerte se hace alusión a la comunidad autónoma y la mayoría de las veces, se opta por decir en último lugar su ascendencia española, casi como un corolario, como una explicación de la ubicación de su lugar de procedencia.

Somos capaces de llorar, de ponernos la piel temblorosa, de subir las pulsaciones cuando vemos a un paisano triunfar en la lejanía y en el extremo contrario observamos que en algunas comunidades todavía les cuesta asimilar el orgullo de pertenencia a una patria compartida. Llegan a expresar recelos a enfundarse las señas identitarias.

De cualquier forma, prefiero quedarme con la imagen en mi retina o con el sonido en mis oídos del agradable retintín "vamos español-" recientemente escuchado lejos de mi tierra cuando alguien divisó mi pantalón y camiseta roja.