Nada existe desde que el mundo es mundo mas alejado de la verdad que la política internacional. Por eso se inventó la diplomacia que es el arte del disimulo y la mentira. Pero tampoco existe lugar alguno donde con mas énfasis se proclamen lo grandes principios y mayor alarde se haga de ética, moral, altruismo y toda suerte de hermosas palabras. Si al principio, en medio o de final la violencia, la guerra, se presenta entonces es cuando ya de la verdad ya no quedara ni rastro y, como compensación, las grandes palabras alcanzaran el grado superlativo del clamor. Así los golpes de estado se han dado siempre para "restablecer la democracia" y las invasiones para "proteger la libertad" de los pueblos invadidos.

Ningún gobernante reconocerá jamás que la sinceridad estaba en Maquiavelo cuando afirmaba que la "virtud" de un príncipe se mide por el éxito que logre sin importarle los métodos que utilice para lograrlo. Vamos, lo que Lenin expresó siglos después de manera tan directa como brutal en "el fin justifica los medios". Que es y sigue siendo el motor de cualquier movimiento en el tablero internacional.

Pues bien ,y dejando al margen las mentiras y aceptando la absoluta hipocresía sobre las intenciones como forma generalizada de conducta, si solo por el éxito y los fines conseguidos hubiéramos de medir la virtud y los resultados de lo que pomposamente se bautiza como "lucha contra el terrorismo islámico internacional", habremos de concluir que por encima de todo estamos ante el mas atroz de los fracasos por parte de sus paladines.

XLA INVASIONx de Irak si tuvo algún efecto fue multiplicarlo, desde el propio país hasta todos los colindantes y mas allá de los océanos, y ahora en Palestina y el Líbano lo que ha hecho es dar alas, poder y control a lo mas extremista, terrible y teocrático de ese terrorismo. En vez de cercarlo y asfixiarlo se echa gasolina a su hoguera. La ultima prueba: un país multireligioso, multiétnico y con sendero democrático abierto a punto de ser engullido por un "partido de Dios", Hezbolá, y caer como ya lo han hecho Irán, y a que engañarnos, Irak en manos del mas atroz fundamentalismo islámico. Todo un "éxito".

La lucha contra el terrorismo, el combate contra ese intento de regreso a la tiniebla medieval y de imposición y exportación de la teocracia islámica, es una prioridad mundial. Pero está cada vez mas claro que la política del emperador Bush y de sus más destacados procónsules ha resultado un auténtico fiasco. La batalla hay que darla. Plegarse a sus exigencias y tolerar sus imposiciones no es el camino, pero deberá hacerse con muy diferente estrategia. Porque esta está resultando un fiasco y en el ello el mundo democrático se está jugando puede que hasta su propia supervivencia.

P.D. Si nuestro pueblo tiene alguna duda de la necesidad de ese combate que mire quienes enarbolaban la bandera de Hebzolá el otro día. En cuanto al despliegue de nuestros soldados en el Líbano, cualquier duda me parece poca y la decisión tomada por Zapatero parece la más peligrosa desde que Aznar mandó nuestras tropas a Irak. Asumir ese protagonismo, ahora un poco así como en la cara contraria de la moneda, puede resultar tan excesivo para nuestra potencia como resultó la foto de las Azores.

*Periodista