Secretario de Política

Sindical de FSP-UGT

Desde UGT asistimos atónitos, tras la ola de incendios que se produjo en nuestra comunidad, por las opiniones de numerosos colectivos que defienden desaforadamente la necesidad de articular un verdadero plan de prevención de incendios forestales.

La UGT viene defendiendo, desde hace una década, prácticamente en solitario, la necesidad de complementar el Plan Infoex con un verdadero plan de prevención con un doble objetivo: por una parte, realizar todo tipo de actividades selvícolas encaminadas a la prevención; y, por otra, la necesidad de fijar la población en el mundo rural. Esta vieja aspiración defendida por UGT y por el colectivo de retenes de incendios de forma unánime, tras multitudinarias movilizaciones, concluyó con la decisión tomada por el Ejecutivo extremeño de contratación anual del colectivo de retenes de incendios.

¿Qué ha sucedido este año con aquellos que no consideraban necesaria la ampliación de la contratación de retenes de incendios anualmente para prevenir incendios, como el PP, que en la Asamblea de Extremadura, en septiembre del 96, ni siquiera apoyaron la garantía de seis meses de contratación? Pues muy fácil: se ha producido una ola de incendios forestales de una virulencia inusitada y se trata de sacar rentabilidad política de los incendios forestales.

Desde enero del 2004 la Junta de Extremadura, por primera vez, contará con el conjunto del colectivo que participa en el Plan Infoex durante todo el año. Partimos, por tanto, de una situación favorable para impulsar una política preventiva de incendios forestales. Pero con los recursos humanos no es suficiente; es imprescindible acometer otras actuaciones complementarias que favorezcan la prevención, entre las que podríamos incluir: inversión en maquinaria y medios materiales para la realización de las tareas selvícolas, aplicación de nuevas tecnologías en la detección de incendios forestales, sensibilización de la población y motivación del personal de incendios, profundización en la formación de los profesionales y regulación de la participación del personal voluntario, repoblaciones realizadas preferentemente con especies autóctonas que son más resistentes al fuego, investigación de los incendios forestales, inversión en medios y vehículos que favorezcan la vigilancia o patrullaje por los montes en época de peligro alto, etcétera.

Quisiera terminar estas reflexiones, siempre inconclusas, agradeciendo la dedicación, el trabajo y la entrega realizada por todo el operativo del Plan Infoex, que ha luchado hasta la extenuación para preservar vidas, bienes y riqueza medioambiental de Extremadura. A la vez, quisiera transmitir la indignación que nos produce la forma con la que algunos desprecian a este colectivo, disfrazándose de bomberos y personal de extinción para conseguir notoriedad mediática; aquellos falsos profesionales que se escudan en el anonimato y la cobardía para asegurar que los agentes forestales, como consecuencia de la no adecuación de su especialidad, llegan tarde a los incendios, hecho que no es cierto, ya que en su inmensa mayoría han acudido rápidamente ante cualquier incendio con una total profesionalidad y por su profundo apego al trabajo que realizan, sin menoscabo de que sigan reivindicando una adecuada clasificación profesional, la regularización de las condiciones de trabajo, etcétera, que la UGT ha sido pionera en su planteamiento y reivindicación ante la Junta de Extremadura.