Comienza un nuevo año, y ello implica que tengamos los mejores deseos e intenciones.

Pero Extremadura necesita algo más que buenos deseos. Guillermo Fernández Vara debería de dejar la búsqueda de protagonismo a cualquier precio, para centrarse en gobernar la región de una vez por todas.

Si el presidente extremeño se dedicara a gestionar, en lugar de aplicarse en entrevistas de televisión, no tendríamos que lamentar que unos 10.000 jóvenes abandonasen Extremadura en el año que acabamos de dejar.

Tampoco hubiéramos perdido más de 170 autónomos sólo en el pasado mes de diciembre, si en lugar de fomentar una política de empleo basada en el empleo público y precario, se fomentara el empleo desde el sector privado.

El paro ha bajado en Extremadura, pero no porque se haya creado empleo, sino porque la gente se ha tenido que marchar para buscar un futuro. Prueba de ello es que la afiliación media a la Seguridad Social en Extremadura bajó en diciembre en 584 personas.

Desde que comenzó esta legislatura, estamos a la cola del empleo, concretamente el tercer peor dato del país.

Nuestra comunidad autónoma apenas cuenta con tejido productivo, y es tarea de todos conseguir que las empresas quieran instalarse aquí y así contar con un tejido empresarial y unas políticas de empleo que no se basen única y exclusivamente en el empleo público.

Señor presidente de la Junta de Extremadura, dijo que iba a arreglar las cuentas sin estropear la vida de la gente, y en lo que llevamos de legislatura no ha hecho ni una cosa ni la otra:

Extremadura cerró octubre con un déficit de 6 millones de euros, lo que supone un 0,03% del PIB regional, frente a un superávit del 0,11% del conjunto de las comunidades autónomas.

Mañana vienen los Reyes Magos y en nuestra carta a sus majestades pediremos que el presidente de Extremadura se ponga a trabajar para que en el 2018 ni un solo extremeño más tenga que abandonar la región para buscarse la vida.