THtace tres años un director de cine propuso a don Eliseo García --abuelo de mi amigo Carlitos -- escribir el guión para una película que quería rodar en Cáceres, ciudad donde nació y vive el octogenario escritor. La intención del director era hacer una película de ciencia-ficción que transcurriera en una ciudad del siglo XVI, a la que llegan unos alienígenas que se apoderan de ella y comienzan a construir unos edificios muy raros. Los habitantes de la ciudad ocupada terminan pensando que esos edificios son catacumbas sobre tierra donde ellos serán sepultados cuando sean exterminados masivamente por los invasores. Es entonces cuando surge la resistencia, y después de una larga guerra consiguen expulsar a los malvados alienígenas de su ciudad.

Don Eliseo escribió un magnífico guión. La película, que se titula Los Invasores del Medievo , obtuvo el premio al mejor guión en un festival de cine futurista. La gala de recogida se celebró hace unos días en una ciudad argentina y don Eliseo, el hombre, dio la nota.

Resulta que había escrito en un folio un pequeño discurso de agradecimiento por el galardón, que guardó en el bolsillo interior de su americana. Pero, inoportunamente y de forma accidentada, su nuera Carmen --madre de mi amigo Carlitos-- vertió encima de la prenda media taza de café justo cuando iban a salir del hotel hacia el teatro donde se celebraba la gala. Don Eliseo se cambió de traje a toda prisa, pero olvidó coger sus gafas y cambiar de bolsillo la nota con el discurso. Cuando salió al escenario a recoger el premio, metió la mano en el bolsillo para sacar la nota y en su lugar extrajo otros documentos. Esto y no encontrar sus gafas, provocó que sus nervios se dispararan y se quedó en blanco. El caso es que se desconcentró y leyó, sin gafas y a duras penas, una factura de teléfono, un cupón de la ONCE y una receta médica. El público asistente al acto se partía de risa, porque pensaban que todo se debía a un toque de humor y originalidad que don Eliseo tenía preparado.

Al día siguiente su fotografía salía en todos los periódicos por ser el genial protagonista del momento más divertido de la gala. Y todo por culpa de su nuera. "Y luego dicen de las suegras", piensa don Eliseo.

*Pintor