TYta nadie se sorprende cuando escucha hablar de la crisis, sobre todo, aquellos que la sufren directamente porque se han quedado en paro. La crisis que padece este país, es una consecuencia derivada de lo que está ocurriendo a nivel internacional, y es una temeridad dedicarse a culpar y criticar al Gobierno actual, en vez de procurar arrimar el hombro presentando iniciativas creíbles y realizables, no aquellas propuestas utópicas, propias de a quienes no le importan los problemas reales de los ciudadanos, sino ganar adeptos aprovechándose del sufrimiento ajeno, o como si siempre hubiesen estado al margen de estos temas, a pesar de haber gestionado los fondos públicos durante ocho años. La economía no cambia de un día para otro, y muchos de los que ahora critican al Gobierno saben que esto era previsible. La confianza extraordinaria en el mercado, nos llevó a creer que ese mercado lo podía absorber todo, y la vorágine del consumo se apoderó de la gran mayoría de los ciudadanos. Lo que no parece lógico es aprovechar el desconocimiento que de la macroeconomía tenemos gran parte de la ciudadanos para poner al Gobierno de vuelta y media. Y pese a las críticas, es en estos momentos, cuando la ideología de quien gobierna sale a flote con más fuerza, y con ello, se demuestra que no es cierto que todos los políticos sean iguales, porque tampoco son equivalentes las prioridades, y mientras unos aprueban decretazos, otros rompen la hucha del guarrito que durante los últimos años se fue rellenando en prevención de posibles escenarios como éste. Este Gobierno, ha optado por sacrificar al guarrito, con el objetivo de paliar en la medida de lo posible los malos momentos por los que pasan aquellos ciudadanos que se quedan sin trabajo. Y aunque es razonable, que en una sociedad donde se consiguieron los pilares más importantes para que los derechos estuviesen cubiertos, y que esas leyes prioritarias dejaran en inferior categoría a las que vinieron detrás, no podemos olvidar quiénes procuraron un estado de bienestar para la sociedad en general aprobando leyes tan importantes como: Sanidad para todos, Educación obligatoria hasta los dieciséis años, Derecho a prestación salarial en caso de paro, Pensiones contributivas, y no contributivas para aquellas personas que no podían trabajar, y la última, y no menos importante la de la Dependencia, que aunque empezando a caminar, acabará por consolidarse como las demás, y el autor de esas leyes, no fue otro, que el Partido Socialista Obrero Español.

Por eso, no puede dar igual qué partido pueda gobernar, porque tan sólo hace falta hacer balance echando la vista atrás.