TNto es que Rodrigo Rato prepare un ´gabinete en la sombra´, pero según se dice por Madrid son cada vez más numerosas las llamadas a Washington de empresarios y gentes afines al PP. Rato, cuando fue vicepresidente para asuntos económicos, sentó las bases del modelo de prosperidad en cuyo ciclo todavía alienta la economía española y ese recuerdo sigue vivo en el mundo de los negocios y también en la gente situada en el centro del espectro político.

Estos días se oye hablar mucho de Rato, quizá porque Mariano Rajoy no acaba de cuajar un discurso propio y porque es fácil apreciar que no es él quien marca el rumbo de su partido. Crece la idea de que, si Rato fuera el jefe de la oposición, Zapatero no nos habría metido en tantos charcos. También se recuerda que fue Rodrigo Rato el muñidor del ´pacto del Majestic´ por el cual Jordi Pujol y Durán Lleida decidieron apoyar al PP en la primera legislatura de Aznar . Algo semejante sería impensable con el actual discurso de Acebes .

Y de ahí nace un reproche porque a raíz de las discusiones del Estatut, Artur Mas llegó a decir que el PP se había cerrado las puertas de una posible colaboración de CiU en los próximos 25 años. Convergencia, y no digamos Unió, tienen mucho más en común con el PP que con el PSOE. Sin embargo, Mas y Durán con quienes están a partir un piñón es con Zapatero.

Sorprende que un hombre de talante moderado y conciliador como parecía ser Mariano Rajoy que fue ministro de Administraciones Públicas no haya sido capaz de mantener esos puentes con los partidos del centro derecho de la periferia. Es verdad que la componente nacionalista centrípeta ha conseguido agudizar las contradicciones empujando al núcleo duro del PP a posiciones antagónicas de nacionalismo centrífugo, pero lo que delata la situación es el desacierto del actual liderazgo popular que ha reducido toda su capacidad de alianzas.

Con Rajoy al timón, el PP solo podrá recuperar el poder si en las elecciones consigue la mayoría absoluta. Solo tienen, pues, una carta. Quizá por eso, según cuentan en Washington, en la centralita del Fondo Monetario Internacional cada día se reciben más llamadas de España.

*Periodista