WLwa contribución de la Guardia Civil a la consolidación y a la defensa de la democracia en España está fuera de toda duda. Es el cuerpo de seguridad que cuenta con el triste liderato en efectivos muertos o heridos por la barbarie de ETA. Los españoles valoran el sacrificio y el tributo de sangre que han pagado para que el régimen de libertades de que disfrutamos a partir de la Constitución del 78 sea lo fuerte que hoy es. Precisamente por esto, la sociedad entiende cada vez menos que un colectivo de tanto y tan sacrificadamente ganado prestigio se rija por una disciplina militar que, en la práctica, supone sobre todo el recorte de los derechos fundamentales de sus miembros. Periódicamente, la Asociación de la Guardia Civil y los sindicatos denuncian prácticas abusivas de los jefes para con los subordinados, amparados en el carácter militar del Cuerpo. La última ocasión la publicó este periódico ayer mismo: un guardia de Granja de Torrehermosa se ha querellado contra un sargento, por entender que ha atentado contra su moral. Son episodios que remiten a una España felizmente superada...salvo en la Guardia Civil. Terminar con su carácter militar y homologarla al resto de cuerpos de Seguridad del Estado, es una asignatura pendiente del Gobierno.