Profesor

Un buen hombre caminaba por la calle cuando, de forma casual, le dio una patada a una lata de la que salió una especie de genio parecido al de la lámpara de Aladino. Comunicó el genio a nuestro protagonista que, en agradecimiento a su gesto, le concedería la realización de un deseo, aunque el mozo no dejara de preguntar si no eran tres como en el cuento. El genio explicó que él era pobre y con residencia en una vulgar lata y que sólo podía hacerle realidad un solo sueño.

El hombre, ante esta tesitura, analizó a fondo las ventajas e inconvenientes de poder pedirle al genio dinero, belleza, barcos o chalet de lujo en Madrid o en Marbella. Ante la poca claridad que el futuro le traería, en cualquiera de estas elecciones tan materialistas, pensó con sensatez y solicitó del genio su anhelo: ¡no ponerme enfermo nunca! Ante esta petición tan singular, el genio le miró a los ojos y con una sonrisa burlona le dijo al gentil hombre: ¡Fácil es tu petición, para no tener que estar enfermo nunca te basta con hacerte trabajador autónomo!

Cualquiera que escuche o vea la publicidad institucional del gobierno del PP acerca de los trabajadores autónomos, creerá que ésto es jauja, ¡un chollo ser autónomo, que ya te puedes poner enfermo sin más, porque vas a cobrar, chaval!

Hablen con un autónomo y verán qué gracia le hará tener que vivir con el 75% del salario mínimo a partir del día 15 de la baja por enfermedad. Los tribunales han parado esta serie de disparates publicitarios encaminados a hacernos ver los burros volar y sacar votos por la cara. Y de las pensiones y la paga paupérrima, ¡mejor no hablar!

¡País de genios jetas, pagados con pelas públicas!