TPtaciencia Melgar es un nombre real, no ha sido extraído de ninguna esquina de Macondo, tampoco de las pasmadas reflexiones del genial Ray Douglas Bradbury , inventor de la historia de "Pendulum" y autor de novelas como Crónicas marcianas y Fahrenheit 451 . Por cierto, que en ésta última se adelantaba prodigiosamente a la deriva que hoy por hoy, Dios mediante, nos lleva hacia el patíbulo moral. En Fahrenheit 451 , Ray Bradbury critica sin piedad a la sociedad estadounidense por haber declarado ilegal el "pensamiento crítico"... PACIENCIA hermana.

Paciencia Melgar es una de las hermanas misioneras de la congregación Inmaculada Concepción de Monrovia, ese territorio doliente llamado Ebola en los telediarios, un punto negro y maldito pintarrajeado en Liberia. A Paciencia esta semana se le agotó su nombre, ella sabe que el virus mortal ha entrado en su cuerpo y que anida venenosamente junto a su gigantesco corazón africano. Paciencia hermana, Dios proveerá.

Mientras tanto, en España andamos sobrados de paciencia, aquí nadie pide socorro por ahogamiento, nadie se inmuta por el mortal virus de pudrición que nos circunda en oleadas abismales. En cambio, ponemos el grito en el cielo por traer del infierno del Ebola a un hombre bueno, otro sacerdote llamado Paciencia. El mal ha fermentado en el jardín de nuestro bienestar.

España es una vasta campiña de rapiña y paciencia. Los políticos --sólo faltaba-- se han hecho un agosto como una catedral; los sindicalistas monean por el Peñón; la saga Pe-Bardem desafía a la todopoderosa Israel, justo cuando le chorrea de nuevo la herida por los Santos Lugares; el clan Pujol huye por la Cerdeña sin atisbo alguno de vigilancia oficial que les cierre el paso en la frontera. Eso sí que es un Ebola.

XYA LES DIGO,x esto es una colosal campiña de rapiña, un botín, un oasis para el hurto, el desfalco, el saqueo, el timo, la mordida y la ratería. No nos des Señor, tanta paciencia. No perdones estos pecados porque hace siglos que caímos en la tentación. A los buenos, líbranos del mal y lleva tu Reino hasta la Hermana Paciencia.

Esa paciencia que ahora se diluye en Africa, es la que campa a sus anchas por España, rumbosa paciencia que crece y se multiplica. ¿Hasta cuando Señor tanta y tan vergonzante paciencia mientras muere la Hermana Paciencia?

Busco desesperadamente la isla del sándalo, porque este mundo ya no me parece azul, ni el mar me parece un viaje. Octubre será un mes de color chocolate, un barrizal amargo en el que rodarán cabezas hasta ahora áulicas. Septiembre vendrá empapado de pomelo y cilantro. Qué suerte tenemos con tanta deferencia política a un lado y otro de las trincheras. PP y PSOE anuncian meses de durísima ofensiva. Quieren sembrar de cadáveres el camino pedregoso que lleva a los Ayuntamientos. ¡Cuánta caballerosidad prebélica! Mamá y papá a punto del divorcio. PP y PSOE tirándose de los pelos mientras Pablito incendia el corral. Líbranos Señor de todo mal. Concédenos un pan candeal cada día y así por los siglos de los siglos.

Ya sabemos que Paciencia Melgar no habita en Macondo, tampoco en Aracataca, sino en un lugar que resuena como el eco de un luto eterno y africano. Paciencia hermana.

Paciencia a todos los desterrados y parias porque de ellos será el Reino de los Cielos. Paciencia a todos los hombres llamados Paciencia, misioneros y curas viejitos cansados de predicar en el desierto. Perdona sus pecados, no así los nuestros, comisionistas y defraudadores. Rapiña, más que rapiña.

Me dirijo incansable hacia la isla del sándalo. Voy buscando a la hermana Paciencia para llenarme de ella y afrontar el otoño del color del chocolate que se atisba en los tejados del alma.

Paciencia en las trincheras por favor, no hagan de este mundo un anexo al infierno. AMEN.