El histórico desliz sexual de Bill Clinton aún colea y la más beneficiada del mismo es, a fin de cuentas, la esposa ultrajada.

Sólo en Estados Unidos se ha hecho una tirada de un millón de ejemplares de Living history (Historia viviente), libro por el que Hillary Rodham Clinton (Park Ridge, Illinois, EEUU, 26-10-1947), ya ha cobrado ocho millones de dólares como anticipo. En el mismo, la actual senadora por Nueva York quizá haga reflexiones muy interesantes sobre la vida y la política, pues no en vano es mujer inteligente y preparada, pero la morbosidad mundial reside exclusivamente en cómo confió primero en su marido, en sus reacciones de mujer ultrajada cuando él confesó de plano y en su decisión de perdonarle porque, pese a todo, le sigue amando. Así, una vulgar y sórdida historia tiene final feliz, pues aunque la esposa, entre lloros y gritos, primero quería "retorcerle el cuello" al infiel, luego le apoyó ante la opinión pública porque notó que estaba sinceramente arrepentido.

Notable abogada y tenaz defensora de los derechos de las mujeres y los niños, así como de las opciones individuales de las personas, Hillary Clinton piensa en su carrera política. Lo que en un principio la irritó por el engaño sufrido, ahora ha de ser un trampolín para optar, en un futuro, y si puede, a la presidencia. Y se la merece por lo lista que es.