Llegada al hospital de Villanueva de la Serena y Don Benito, síntomas: fuerte dolor de cabeza, rigidez de cuello, fiebre, vómitos, ganglios inflamados...

Tras una revisión hecha por el médico de urgencias, con radiografía de cabeza y analítica general, el paciente es enviado a su casa tras suministrarle un calmante. Se trata de mi cuñado con 20 años. Saliendo por la puerta de nuevo los vómitos, según el médico algo normal pues es una reacción al calmante suministrado.

Al día siguiente de nuevo a urgencias, tras varias pruebas se confirma la enfermedad, meningitis, el paciente tiene dolores de cabeza inaguantables, es ingresado pero a los familiares en ningún momento se nos indican las medidas que debemos tomar. Por nuestra cuenta y tras hablar con medio hospital conseguimos que nos hagan caso y nos indiquen los medicamentos que debemos tomar para prevenir posibles contagios con las personas que han tenido contacto con el paciente, entre ellas 5 niños con edades inferiores a los 5 años.

Una vez ingresado pasa todo el fin de semana sin ser atendido por ningún médico, negándose el neurólogo de guardia a ir a visitarlo.

Gracias a Dios todo ha mejorado y el estado de salud del paciente es mucho mejor y fuera de peligro.

Y yo me pregunto, cómo es posible que esta enfermedad se tome tan a la ligera cuando sabemos de su gravedad y contagio, y después nos encontremos que se gasta gran cantidad de dinero en salvar a un aguilucho que tiene un ala rota. Pues eso: los hombres, de aquí a poco, animales en peligro de extinción.

Antonio M. Hidalgo Rivero **

Monterrubio de la Serena