Cristiano o judío, cualquier persona a quien se le dora y adora, valorándolo económica y socialmente cien veces más que a un sabio, escritor o gobernante, fácilmente pierde la cabeza, máxime cuando además recibe y da con ella, junto con sus pies, tantos golpes a una pelota. Más aún si esos millones le llegan muy joven y cuando proviene de un ambiente marginal.Es frecuente que un sujeto así cometa locuras y traspase las leyes. Se debería fijar un salario profesional máximo. Pero esto es imposible mientras no se devuelva al fútbol su carácter deportivo, sin corromperlo con intereses económicos y políticos.

sin respeto al dolor

Manipulación en la elección del tanatorio

Familia Harinero Castaño

Cáceres

Hace tan solo unos días hemos enterrado a mi hermano. Hemos pasado los dos meses más duros de nuestras vidas ya que la enfermedad no ha dado tregua alguna. Tan solo hemos podido estar a su lado atendiéndole día y noche lo mejor posible, junto al gran equipo humano de profesionales del hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres. Y aun así, ha sufrido lo que no está en los escritos.

Y al final dejó de sufrir y de estar, a las 2 de la madrugada del sábado 22 de julio. Pero aún nos quedaba pasar por otros malos momentos. Tras fallecer, siguiendo instrucciones de la propia compañía aseguradora de decesos, les llamamos y les decimos que es deseo del fallecido ir al tanatorio Serfátima de Nuevo Cáceres. Nos dicen que se presentará un trabajador de la aseguradora. Aturdidos y tocados por el fallecimiento, nos indican unas personas que salen de la sala de necrosia del hospital, que tenemos que acompañarles hasta el tanatorio de San Pedro para ir haciendo los trámites. Aunque les indicamos que hay que ir al otro tanatorio, ellos insisten en que primero hemos de ir al de San Pedro. Así que, aunque extrañados, nos desplazamos hasta allí, donde nos tienen, a pesar de nuestro dolor del momento, unas dos horas haciéndonos preguntas, rellenando papeles, eligiendo ataúd y flores.

Terminado todo, volvemos a coger cada uno los coches y nos desplazamos al otro tanatorio. A todo esto, con una madre de 80 años que apenas puede andar.

La gran sorpresa nos la llevamos cuando llegamos al tanatorio de Nuevo Cáceres, el que desde días anteriores avisamos a la compañía aseguradora que el propio difunto quería ir. Nos asignan una sala y un trabajador le dice a mis otros dos hermanos que tenemos que volver a hacer todos los papeles y elegir de nuevo ataúd, flores, etcétera, y que tenían que sacar a mi hermano muerto de un ataúd para ponerlo en otro, a lo que mi hermano les contestó que sí tocaban el cuerpo de su hermano los denunciaría.

Entonces nos empiezan a contar que la aseguradora Santa Lucía tiene claros intereses económicos con el tanatorio de San Pedro, por lo que siempre trata de llevar allí a los difuntos y familiares, aunque sea con triquiñuelas y engaños, como hicieron con nosotros.

A todo esto, el de la aseguradora se presenta a eso de las 10 de la mañana, y al final nos reconoce lo evidente. Nos la han intentado colar por intereses económicos.

Con el gran dolor que teníamos en esos momentos, ¿es humano lo que han hecho? ¿Qué tipo de personas hay detrás en las jefaturas de la aseguradora Santa Lucía y del tanatorio de San Pedro, capaces de jugar con el dolor y sentimiento de las personas y que no respetan la voluntad de una persona que acaba de morir?

Yo se lo voy a decir, son alimañas, cuervos, hienas y buitres sin alma, con perdón de los animales.

Sirva esta carta para advertir a todos de lo que se cuece, y para que estén prevenidos ante una situación como esta, pues es nuestro derecho elegir dónde queremos estar con los nuestros últimos momentos.

Compartan, por favor, esta historia, para así conseguir avergonzar a quienes no tienen vergüenza, a ese grupo de inhumanos sin escrúpulos que como el poema de Antonio Machado versaba así «Mala gente que camina y va apestando la tierra...».