Espero que el nuevo Ministerio de la Igualdad no fomente solo la igualdad de hombres y mujeres, sino que la promueva también en todos los sectores sociales en los que se esté vulnerando el principio constitucional de igualdad de todos ante la ley. Así, podrá ocuparse de la igualdad de derechos de barceloneses y valencianos para recibir agua del Ebro, de la igualdad de sueldos de los funcionarios, de la igualdad de las embarazadas que quieren abortar y de las que deseen que nazcan sus hijos a la hora de recibir ayudas de la Administración, y de la igualdad de las familias para elegir centro educativo según sus convicciones morales, sin tener que pagar por llevarlos a centros concertados. Confío en que Bibiana Aído tendrá claro que no solo se cometen injusticias al tratar desigualmente a personas iguales; también es una injusticia tratar de forma igual a personas desiguales.

Ismael Olmos Cabrera **

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