Se confirmó: el gobernador del estado austriaco de Carintia, Jörg Haider (Bad Goisern, Alta Austria, 26-1-1950), dice que dimite, pero luego se queda. Lo ha hecho más veces. Será verdad que a este filonazi hijo de nazis sólo hay que tomárselo en serio por las cosas que piensa (que dan pánico), aunque no por su comportamiento frívolo. Si en octubre de 1999, el FP de Haider obtuvo el 27% de los votos, ahora ha retrocedido al 10%. Los austriacos han preferido a los democristianos. No olvidan que hasta septiembre del 2000, los restantes 14 países de la UE (además de EEUU e Israel) suspendieron los contactos con Austria para castigar al Gobierno surgido del pacto de los democristianos con el impresentable Haider.

¿Hasta dónde llega el nazismo de este rico heredero (un tío materno soltero le legó un valle de pinares y una serrería que regenta su esposa)? No se sabe a ciencia cierta, porque a menudo se arrepiente de las bestialidades que suelta. Lo que está claro es que de casta le viene al galgo: el niño Jörg jugaba cuando era crío a clavar su espada de esgrima en un maniquí con el nombre del legendario cazanazis Wiesenthal. De mayor, ha llegado a calificar de "sucesos trágicos" el Holocausto; de "correcta" la política laboral de Hitler; de "campos de castigo" los campos de concentración; de "gente decente con carácter" a miembros de la SS...