El Gobierno -les recuerdo que socialista- piensa invertir una parte del fondo de reserva de la Seguridad Social en acciones y no solo en deuda pública y obligaciones con respaldo del Estado como venían haciendo. El objetivo es obtener una mayor rentabilidad y paliar las dificultades financieras con las que pudiera enfrentarse el sistema público de pensiones en los próximos 15 o 20 años. Es una propuesta revolucionaria que podría entrar en vigor el 1 de enero del 2008.

Eso de que se jueguen mi pensión en bolsa me produce, de entrada, cierta aprensión. Después, pensándolo mejor, me ha entrado un ramalazo de orgullo proletario al considerar que los dueños de las grandes empresas son los jubilados a través de los fondos de pensiones. Parece como si se hubieran cumplido las profecías de Carlos Marx , pues la clase trabajadora es hoy la propietaria de las grandes compañías. Naturalmente esta realidad tiene truco: lo que en realidad ha ocurrido es la apoteosis del capitalismo financiado por la clase trabajadora, que no es lo mismo.

XCUANDOx LOS operarios se han hecho con la propiedad han dejado de mandar en beneficio de una casta de administradores profesionales pagados con sueldos e incentivos fabulosos que gobiernan las empresas como monarcas absolutos. No se cargan a la dirección pero ostentan el temible poder que no se refleja en los organigramas de marcharse con sus fondos a otra parte.

El anteproyecto en cuestión preocupa a los intermediarios financieros por razones contradictorias: unos porque temen que unos funcionarios les arrebaten una tajada de su negocio y otros, que esperan intermediar en las nuevas inversiones, porque estas se limitarán al 10% del fondo y no el 30% que se había anunciado; la novedad inquieta a los directivos de las empresas ante el temor de que el Gobierno les sustituya por gente afín; y finalmente el anteproyecto genera la indignación del Partido Popular por los mismos motivos. Están escaldados por el caso Endesa. Sin embargo, en puridad de ideologías, el PP debería comulgar con una norma que desarrolla sus postulados liberales. Quizás esos principios son buenos solo para ser aplicados por un Gobierno suyo.

La verdad que los fondos que gestionarán un reducido grupo de funcionarios de los ministerios de Economía y de Trabajo y Seguridad Social producen mareos. Si los siete magníficos aplicaran los 50.000 millones de euros que tendrá la hucha a finales de año podrían comprar enterita cualquier empresa del Ibex desde Iberdrola para abajo o adquirir más de la mitad del Banco Santander o de Telefónica o el 90% del BBVA. Solbes ha prometido que no se pasará del 10%, pero en el anteproyecto no se establece límite alguno. Con ese porcentaje, unos 5.000 millones, los siete magníficos de las finanzas podrán comprar enteritas entre otras compañías: Bankinter, Gas Natural, Sogecable, Antena 3, Iberia o Indra.

Tome usted nota de los futuros autócratas por lo que pueda pasar: Octavio Granado , secretario de Estado de la Seguridad Social; David Vegara , secretario de Estado de Economía; Soledad Núñez , directora general del Tesoro y Política Financiera; Carlos Ocaña , secretario de Estado de Hacienda; Javier Albar , director general de la Tesorería de la Seguridad Social; Victoria Vigueras , interventora general de la Seguridad Social, y Consuelo González, subdirectora general de Ordenación de Pagos y Gestión del Fondo de la Seguridad Social.

XLA INVERSIONx en renta fija y variable de los fondos y planes de pensiones privados no solo está autorizada sino que es la única forma de garantizar unos rendimientos que permitan a sus suscriptores cobrar una pensión. Naturalmente, se impusieron una serie de cautelas: un comité de vigilancia y normas muy estrictas sobre los valores seleccionables. Es razonable que el Estado no pierda la oportunidad de rentabilizar al máximo el ahorro de los trabajadores.

El Fondo de Reserva español obtuvo el pasado año una rentabilidad media del 4,21%, mientras que la ganancia media en nuestra Bolsa fue del 26%. Nadie garantiza que a largo plazo se obtengan semejantes plusvalías pero los expertos estiman que podría obtenerse una media del 10%. Es lo moderno y es lo que han hecho Irlanda, Suecia, Francia o Canadá, invierten en acciones el 50% de sus fondos, y con porcentajes significativos aunque de menor cuantía: Japón, Dinamarca, Portugal, Finlandia y Noruega. Se da la paradoja de que el sistema público de EEUU, la patria del capitalismo, apenas invierte en renta variable, pero China lo hace sin complejos.

Para el estreno español toda precaución es poca, no solo en la gestión profesional sino en evitar que tamaño poder no se traduzca en abuso político, oportunismo económico o favoritismos personales. Como decía, me produce cierta aprensión que se jueguen en bolsa mi pensión.

*Periodista