Licenciada en Derecho

El comando Araba, integrado, entre otros, por dos históricos de ETA, Ignacio Aracama Mendía, alias Makario , y José Lorenzo Ayestarán Legorburu, mantiene muchas cuentas pendientes con la justicia de nuestro país. Una de ellas es la que afecta a la familia del guardia civil extremeño Avelino Palma Brioa, asesinado en octubre de 1981, sin que hasta el momento haya tenido lugar el juicio. Su viuda, Manuela Orantos, delegada de la Asociación Víctimas el Terrorismo, lleva desde entonces comprometida con la defensa de esta causa y de muchas otras. Los dirigentes señalados han estado, durante años, sustraídos a la demanda de la justicia española en los denominados confinamientos convenidos. De hecho, Ayestarán Legorburu, hasta el acuerdo con Venezuela, ha permanecido en ese país trabajando, en una especie de "liberado diplomático", y aún más, su hija ha nacido en el referido país. Actualmente los familiares de Orantos están a la espera de confirmación de los abogados de la Asociación Víctimas del Terrorismo --AVT-- de un inminente juicio con el que saldar esta cuenta pendiente, que ya es con la sociedad española.

Ha pasado tiempo, demasiado tiempo, y por mucho que algunos traten de "apaciguar" formas y maneras de enfrentarse con esta banda terrorista, lo que es una realidad es que existen demasiadas familias pendientes de los privilegios y decisiones descafeinadas de dirigentes de la organización criminal y de la organización satélite. Quizá por esto a gentes como Manuela Orantos, la mejor manera de cubrir su escepticismo después de tantos años es que en el banquillo aparezcan estos dos entre los culpables de aquel brutal atentado.