Este ha sido el año definitivo. El que culmina la secundaria. Ahora se la juega de verdad y, como tantas veces ha oído, no solo de sus decisiones sino de su tesón depende su futuro. Ese sueño de ser médico o físico, fisioterapeuta o ingeniero o diplomático. De ser analista o embajadora, orientadora o abogada. Esa cosa rara de estudiar filología, que aún hay jóvenes que aman los libros, o adoran la ecología o se pirran por los ordenadores o quieren ser actores o redactores. O tendrán su propia empresa o serán escritores, matemáticos, ingenieras, bibliotecarias.

Atrás sus años de infantil, su primaria entre letras y números, dibujos, manualidades por el día de la madre y del padre y de la Paz y concursos de relatos y microrrelatos y la mujer trabajadora. Y el instituto donde correrá alrededor de la pista en educación física o en esas de teoría donde el profesor le enseñaba las características del salto, ¡jo qué rollo!, porque llueve y hoy no se puede correr. Se ha estudiado bien las ponderaciones y la lengua y la historia y sí, también el inglés le ha salido bien. A ver mañana con el griego o las mates o el latín, que necesito nota. Y ya está hecho.

Y de pronto como en un mal sueño, ese que a lo mejor usted, querido lector, también ha sufrido, resulta que hay que repetir el examen. ¡Que no que no, imposible! Pues sí. Porque en una web oculta, pero accesible ¡qué cosa maldita será esa! alguien que nunca debió llegar donde había llegado colgó los exámenes. Pero ¿qué dices ahora?

Y piensa, como el Principito, que qué les pasa a esos mayores que pretendidamente le han estado educando a él. Y grita a la cara del presidente, porque el rey, al fin, se ha escaqueado, que no y que no y que no.

Y luego recapacita y afirma que ese primer golpe no le detendrá. Y que se examinará otra vez, y conquistará su futuro, y cuando recuerde este junio maldito de 2018, se enorgullecerá de la promesa que se hizo a sí mismo de formarse y luchar al máximo para que ni en Extremadura ni en parte alguna, los jóvenes del mañana estén en manos de incompetentes semejantes.