Vivo junto a mi marido y mi hija de 17 meses en un edificio al lado de la plaza de Toros de Badajoz y junto al CP Juventud desde hace 6 años. Edificio que se vio afectado por la dramática riada en el año 97 con el movimiento de sus cimientos y que desde entonces va sufriendo una degeneración progresiva.

El problema es que la esquina del edificio que une la calle Rivilla con la calle Pardaleras tiene una grieta importante que cruza todo lo alto del mismo con el desprendimiento desde hace unos meses de ladrillos que caen a la calzada como si de grandes pesas se tratara.

Yo, como cada uno de mis vecinos, tengo que pasar diariamente por ahí con el miedo de que algún día una de estas piezas caiga sobre mi cabeza o, lo que es muchísimo peor, sobre la cabeza de mi bebita. ¿Cómo se responsabilizarán entonces cuando se produzca un daño tal?

En ocasiones los bomberos acordonan la zona, lo que no sé qué es peor porque no solucionan nada, solo ponen la cinta hasta que se quita y la vuelven a poner y me veo obligada a pasear con el carrito de mi bebé por la carretera concurrida de coches que no reparan en disminuir la velocidad. Así que cada día salgo de mi casa con la única duda de decidir si prefiero que me caiga un ladrillo de un kilo desde lo alto de un edificio o que me atropelle un coche.

El caso es que incluso denunciar esta situación en el programa de televisión nacional España Directo no fue suficiente para que el alcalde se pusiera las pilas en solucionar un problema que dura ya trece años! ¿a qué esperará nuestro ayuntamiento, a que haya alguna baja de alguno de sus ciudadanos que paseando tranquilamente por las calles de su ciudad le sorprenda un ladrillo en su cabeza, o está esperando directamente a que se caiga el edificio y así ahorrarse el derrumbamiento del mismo?

En fin, le doy mi enhorabuena al Ayuntamiento de Badajoz por ponernos enfrente estas zonas ajardinadas tan bonitas en los márgenes del río Rivilla y Calamón, que buena falta nos hacía y desde las que jugando con mi hija observamos cómo se cae nuestro edificio sin que nadie ponga remedio.

Juana M Trujillo Gómez **

Badajoz