Irlanda del Norte vive horas de gozo político. No es para menos. Tras muchos años dirimiendo sus diferencias a tiros, Ian Pasley y Gerry Adams --terror protestante y terror católico--, han decidido ir de la mano en el próximo Gobierno del Ulster. Además de la paz, mayo traerá para Irlanda del Norte su mejor complemento: la cordura. En Londres se felicitan por el acuerdo y en Dublín hacen lo mismo. Rodríguez Zapatero le ha enviado un telegrama de felicitación a Blair , y, la verdad es que hay motivo.

Cosa distinta son los paralelismos que algunos intentan establecer con el País Vasco. Y no me refiero al más común, al que quiere ver en Arnaldo Otegi una réplica de Gerry Adams. A la vista está que Adams ha mandado parar a los pistoleros del Ira y Otegi, aquí, lo más que ha llegado es a dar ruedas de prensa. Pero la diferencia esencial que quiero señalar es otra. No hay paralelismo posible entre lo que ocurrió en el Ulster en los últimos sesenta años y lo ocurrido aquí en los pasados cuarenta. Allí había dos bandos que se mataban; aquí no. Aquí sólo matan los de la ETA, no hay, pues, dos bandos, como ingenua o maliciosamente pretenden establecer quienes cuando hablan de los etarras condenados a prisión por sus delitos, se refieren a ellos como presos políticos . Hay guerras que también se pierden en el lenguaje. Por eso digo que no hay paralelismo posible con Irlanda.

*Periodista