WLwas altas temperaturas del estío ya están aquí y desde ayer muchos españoles empezaron a sufrir los rigores del verano. Lo importante no es que haga calor, situación lógica y habitual en estas fechas, sino que los valores extremos no se prolonguen durante muchos días. Extremadura no es ajena a esta situación climatológica y la Consejería de Sanidad ya ha puesto en marcha medidas preventivas para atender a la población más vulnerable (personas mayores, niños, embarazadas...), a la que está haciendo llegar un decálogo de medidas para protegerse de las altas temperaturas.

Pero el problema no se circunscribe únicamente a las personas, sino también al medio ambiente. La incipiente ola de calor conlleva el riesgo de que se propaguen los incendios. Si bien el pasado año la comunidad sufrió una devastadora cascada de fuegos en varias comarcas, en éste los mecanismos necesarios para atajarlo ya se han arbitrado, aunque hay que estar atentos para evitar no tanto que se produzcan sino que puedan ser sofocados con celeridad. Nadie duda de que este verano no será como el del 2003 en cuanto a la proliferación de los incendios porque todos los efectivos están ya en alerta, pero no hay que bajar la guardia ante lo que pudiera ser una nueva catástrofe natural.