Periodista

El sábado 23 estuve en la manifestación en apoyo de los obreros del campo. El domingo 24 fui a ver Los lunes al sol , la para mí magnífica película de Fernando León. De la manifestación me fui con la alegría de comprobar que había solidaridad y apoyo a un sector, el primario, factor importante en nuestra región, que durante decenas de años ha sido el más importante en Extremadura y todavía hoy tiene un peso específico que casi todos conocen. De la película me queda la constatación de que el guión se puede escribir de muchos sectores, incluido nuestro campo y otros. Los perdedores de las reformas, las reconversiones, las nuevas tecnologías, la reconversión: los curritos. Se me vino la sombra de los sesenta, de la emigración, de la rabia, de la impotencia, de la insolidaridad. Se me vino a la memoria decenas de reportajes, de recorridos por nuestros pueblos, de llevar al papel escrito la voz y reivindicación de gentes del campo, de empresarios agroganaderos, de jornaleros, de medieros, de aparceros, de industriales del tomate, de subvenciones. Se me vino la sombra de un pasado hecho presente y con visos de hacerse presente otra vez.

Yo no sé si el PER o la AEPSA son soluciones a largo plazo. Pero estoy convencido de que a la mano de obra parada intermitentemente en el sector deben buscarse soluciones de justicia y equidad como intentó buscársele a otras reconversiones que costaron miles y miles de millones más que la migaja de un subsidio, que como tal no quieren ni los propios afectados. De lunes a domingo al sol, quisieran soluciones definitivas, trabajo para ellos y sus hijos.

Estoy convencido de que esos subsidios no han sido la panacea. Pero sí estoy de acuerdo, y por eso apoyo, con quienes los defiende como recurso, mientras no haya otro mejor; un subsidio que no debe sustraerse sin alternativas. Porque recorrí y sigo recorriendo nuestros pueblos tengo que decir, porque es verdad, que aquéllos gracias al PER, a otras iniciativas, a otras inversiones, a las muchas mejoras de nuestras vías de comunicación, han cambiado. Y, además, todos los anteriormente citados han contribuido a fijar, en gran medida, a nuestros convecinos del sector rural, al territorio. Un hecho palpable y de mezquinos es, cuanto menos, no reconocerlo. Mucha de la deuda que arrastran las instituciones públicas extremeñas arrancan de aquellos inicios del PER. Bendita y justa deuda que ha contribuido al progreso de nuestros pueblos, a mejor dignidad de los trabajadores del campo, reconvertidos en trabajadores de servicios, en peones... en beneficios de todos.

Yo he estado en las plazas de nuestros pueblos cuando antes, sobre todo antes, se estaba de domingo a lunes al sol, al arbitrio de que el encargado o capataz del dueño de la tierra los escogiera para ir al tajo. Y no es demagogia. Y esto ha cambiado por muchas cosas: entre ellas porque se han negociado convenios y los sindicatos del campo han contribuido a mejorar condiciones laborales, como no podía ser de otra forma. ¿Se rasgó alguien las vestiduras cuando reconversiones industriales de astilleros, de Seat, de Renault, de la banca... se hicieron y se siguen haciendo a costa de todos y se montaron los cirios correspondientes? ¿Quién puede rasgársela ahora, sino los cretinos, cuando esa reconversión del asalariado del campo debe hacerse? ¡Claro que debe hacerse! Pero nunca empezando por hacer desaparecer el recurso del subsidio agrario y los accesos al AEPSA. Hagan ustedes la reconversión pero no empiecen por los paños calientes del subsidio y los mecanismos para seguir percibiéndolo. Empiecen las casas por los cimientos y el resto llegará cuando y como deba llegar. Y, además, no lo hagan insultando, ni pareciendo que insultan a los jornaleros de Andalucía, de Extremadura y del resto de España.

Busquemos soluciones y diálogo entre todos, por encima de colores, de sambenitos. Insistamos a tiempo y a destiempo, en frase evangélica y unámonos todos. En la alegría de la manifestación, en el sabor amargo de la película, la noticia, la buena noticia, de que el presidente de la Junta haya solicitado una entrevista con el ministro de Trabajo para buscar soluciones. Estoy con él, con el presidente de todos los extremeños. Que da la cara, que a veces se puede equivocar como nos equivocamos todos, pero que si algo ha demostrado hasta ahora por encima de todo es el cariño por Extremadura y, sobre todo, por sus gentes.

Ojalá que del diálogo, la negociación, la comprensión y la generosidad de todos, encontremos solución definitiva para quienes, y son miles, están en nuestros pueblos muchos lunes al sol.