Irán, cuyo presidente es Mahmud Ahmedineyad centra la repulsa mundial por la pantomima montada contra Sakineh Mohamadi Ashtianí. Condenada a ser lapidada por adúltera, el fiscal de ese estado informó ayer de que ahora se le condena a la horca por considerársele cómplice del asesinato de su marido, un cargo que hasta sus hijos, también hijos de la víctima, rechazan por falso.