Debate sobre la situación de la enseñanza Infantil y Primaria. Padres y maestros afirman que la televisión fomenta contravalores como el consumismo, la pasividad, la agresividad, el individualismo, la falta de respeto, la intolerancia, el culto a la imagen, al dinero y a la fama, el éxito inmediato sin esfuerzo alguno... Ciertamente, no han descubierto nada nuevo. Tiempo ha que, por activa y por pasiva, venimos diciendo lo mismo en diferentes medios de comunicación (dicho sea sin jactancia alguna).

Pero, seamos serios y realistas: ¿a qué viene tanto debate y tanto hacernos mala sangre, si nuestros mandamases no aplican el Código de Autorregulación Televisiva y permiten que las cadenas privadas sigan siendo sepulcros blanqueados y lobos con piel de cordero? ¿A qué tanta grandilocuente declaración de la vicepresidenta del Gobierno, en orden a velar milimetradamente sobre el horario en que los niños se sientan ante la caja tonta? Y es que, como dice José Javier Esparza , crítico de televisión, "España es un país donde las prostitutas cuentan sus cosas a los niños en la tele, a las ocho de la tarde".

XQUERIDOSx compañeros en las tareas educativas y queridos padres: mientras todos esos contravalores que denunciáis y denunciamos sigan rentabilizando las faltriqueras de oligarcas y grupos de presión, con el acompañamiento coreográfico de izas y rabizas, marujonas y otra legión de incultos y adocenados, poco habrá que hacer dentro de los parámetros del neoliberalismo burgués que nos atenaza. Y mientras sigan cientos, miles de madres, con sus polluelos alrededor, consumiendo Salsas rosas , tomates putrefactos y gastronomías semejantes, entonces de poco servirán las prédicas de la escuela.

Mientras no haya toda una revolución ética y radical (que vaya a la raíz del problema), capaz de cortar por lo sano, estamos perdiendo el tiempo en congresos, mesas redondas y otros debates. La izquierda de este país debería asumir su legitimidad ética e histórica para coger el escalpelo y sajar sin miramientos. Lo que no puede hacer nunca es mirar para otro lado y contemporizar con tirios y troyanos. Frente a la bastarda manipulación de nuestros menores: ¡tolerancia cero!

*Profesor