El discurso de ayer del presidente de la Junta Guillermo Fernández Vara sobre el estado de la región, ha incluido el anuncio del aumento del tramo autonómico del IRPF a rentas superiores a los 60.000 euros y la imposición del denominado ´céntimo sanitario´ en los carburantes. Al mismo tiempo, se ha comprometido a reducir un 5% el Presupuesto para el 2011, lo cual reportará un ahorro de 280 millones de euros.

Que la crisis no se soluciona solo con la reducción del gasto es una obviedad. Que prácticamente todos los gobiernos sean del nivel que sean plantean medidas de aumento de los ingresos, también. En este sentido, el aumento del IRPF de medio punto a tres era una medida cantada, después de que ya la hubieran anunciado comunidades gobernadas por los socialistas como Cataluña, Baleares y Andalucía. La única diferencia con estas radica en que Extremadura va a aplicar el aumento del impuesto a partir de rentas superiores a los 60.000 euros, mientras Andalucía, Baleares y Cataluña lo harán, respectivamente, a partir de 80.000, 100.000 y 120.000 euros.

Pero además de una medida cantada responde más a motivaciones cosméticas que efectivas: los especialistas de Hacienda han calculado que la Junta recaudará 8,8 millones de euros con esa subida, por lo que cabe pensar que está impulsada más que por el ingreso por el mensaje ideológico que transmite de repartir las cargas de la crisis también entre las rentas más altas, puesto que hasta ahora eran los hombros de funcionarios y pensionistas los que la soportaban. Ello sin olvidar el doble rasero fiscal que, en la práctica, se aplica a las rentas en función de si quien las percibe es asalariado o un profesional con posibilidades de ocultar a Hacienda una parte de sus ingresos. En situaciones de grave crisis como la actual, la necesaria solidaridad no logra evitar la sensación de que la ley no es igual para todos a la hora del reparto de las cargas impositivas.

El ´céntimo sanitario´ anunciado por el presidente, que en realidad son 2 por litro para el gasoil y 2,4 para las gasolinas es, además, una medida controvertida por muy pertinente que sea tomar decisiones encaminadas al sostenimiento del sistema público de salud, cuyo gasto es cada vez mayor y al que acecha ya la sombra del copago. Y es controvertida puesto que todo indica que la Unión Europea la considerará ilegal por incompatible con la Directiva de Impuestos Especiales. Puede darse el caso de que, a no muy largo plazo, Bruselas obligue a España a suprimir este recargo. Fernández Vara debería haber evitado incluir entre sus medidas de ajuste la implantación de ´el céntimo sanitario´ por la inseguridad jurídica que plantea.

El presidente anunció la supresión del complemento del que han disfrutado hasta ahora los altos cargos al volver a su puesto en la Administración. Era necesario hacerlo porque se trata de un privilegio insostenible en cualquier tiempo, mucho más en crisis. Y también planteó, aunque de pasada, un asunto que es necesario abordar: la liberación de los diputados de la Asamblea. Ahora, todos los diputados regionales, con independencia de la intensidad de su trabajo parlamentario, están liberados. Es de esperar que, en su respuesta de hoy, el jefe de la oposición, José Antonio Monago, recoja el guante y acuerden más pronto que tarde acabar con esa situación de la ´liberación para todos´.