TEtstamos en época de memorias. De exhumar el pasado para que éste no se esfume en el silencio. De rescatar hechos que dejaron en el alma algunas heridas o la luz de ciertos sucesos felices. Pero si hay memorias que hoy polarizan nuestra atención, desde un punto de vista doloroso, está la llamada Memoria Histórica, cuya ley reconoce y amplía derechos en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil, y la que, defendida por la AVT apoya a todas las víctimas del terrorismo, sensibilizando a la sociedad española sobre sus problemas. Por otra parte hay otras pequeñas memorias que exhuman biografías de personajes ilustres, recuerdan la añeja gastronomía de las abuelas y potencian la investigación del folclore, hábitos, costumbres y tradiciones de antaño. Son excelentes trabajos de campo, que alumbran libros con fotografías de calles y edificios del pasado, eventos deportivos, viejas romerías, entrañables imágenes de fiestas y celebraciones populares, que enriquecen nuestro acervo común y constituyen tesoros inapreciables- Señalemos, como ejemplos, tres obras, que son verdaderos cofres del pasado cacereño y óptimos referentes para revisar mucho de lo mencionado: Cáceres en el pasado , de Juan Ramón Marchena ; Cáceres durante el franquismo , de Ricardo Hurtado de San Antonio , y Cáceres 1886-1986 , de Juan Antonio Ramos .

Hace unos días, a través de un espléndido reportaje publicado por este periódico, se hablaba de rescatar el cuento (rico venero que guarda Extremadura en la tinaja de barro de sus ancestros), al hilo de comentar la decisión del Círculos de Bellas Artes de Madrid, de editar La memoria de los cuentos, Los últimos narradores orales . Memoria a la que Juliana Hernández Rodríguez , natural de Descargamaría, de 88 años de edad, ha aportado la sabiduría autóctona y oral, de su parla extremeña. Rescate que viene bien avalado, pues los cuentos siempre encandilaron a los niños, al calor del hogar o a la luz de la luna, en los seranos de nuestros pueblos, capando higos o limpiando garbanzos, en el apacible silencio de las noches veraniegas- Cuentos, que son promovidos, en ocasiones, por festivales y editoriales que publican ediciones infantiles, manejables y económicas. Aunque los modernos medios culturizadores han desplazado al cuento, dados los cambios en las actitudes, usos y costumbres de las familias extremeñas.