Siempre pensé que el día que dejase mi añorado Talgo sería para ir a mejor, ¡que error! Lo echaré de menos, pero no con nostalgia, sino con anhelo. Nunca imaginé que tendría un AVE a corto plazo, pero sí un Alvia, Altaria, o cualquier otro tren rápido que sobrase en otra parte de España y que nuestros políticos hubieran cogido alguna vez, porque desde luego el que tenemos y el que nos han impuesto nunca lo han utilizado. ¿Verdaderamente conocen lo que el ciudadano de a pie tarda en tren o autobús a Madrid, Sevilla o Salamanca?

Como no lo saben ni parece que les importe, ahora Renfe nos impone un tren más caro y menos cómodo, eso sí, según esta empresa al menos más nuevo. Por tanto, desde fechas próximas, más tiempo en llegar a Cáceres, más dinero por peor servicio y sin la posibilidad de al menos tomar un café en las interminables horas de trayecto. ¿Por qué no nos dejan como estábamos?

Desde aquí, no sólo culpo a los políticos que deciden nuestro futuro, sino a todos nosotros que con indolencia, sumisión y abnegación no hacemos nada y cada vez nos encontramos más aislados. ¿Quién va a visitar Cáceres si por el tiempo que se tarda en un viaje desde Madrid se ha ido y vuelto a Albacete o en menos de una hora a visitar Cuenca?

No olvidemos que la comunicación es riqueza material y humana. ¡Luchemos por nuestro futuro!

Julio Neila **

Cáceres