Incomprensible pero cierto, --otra vez más--, ¡Mérida se descalabra! Más iniciativas preelectorales que convierten a la ciudad en un laberinto sinuoso para todos los vecinos, y siempre en las mismas fechas, con las mismas obras, constituyendo gasto innecesario y obstáculos que machacan continuamente la paciencia de todos los emeritenses. Sobre todo en fechas estivales que predominan las visitas de los turistas, las de nuestra familia, incrementado por el paseo de los emeritenses que ven como las arterias principales en obras, se convierten en pesadillas para sus quehaceres diarios, por el caos tan tremendo que se origina en el tráfico.

Es imposible que todo salga bien cuando se hacen obras, algunas de bastante envergadura, con fechas determinadas para elaborar un programa electoral que identifique al partido que las hace, pero sin darle el tiempo necesario que algunas necesitan para que se rematen bien. Es imprescindible que de una vez por todas este gobierno de Mérida comprenda cómo se deben hacer las obras, sin empaquetarlas para mandarlas por correo con destino electoral, sino en su momento justo con todos los elementos necesarios que constituyan los pilares de la ciudad que todos queremos.

Estamos viviendo en una ciudad en la que todavía sus entradas y salidas son las mismas desde hace mucho tiempo, para nada ha influido las edificaciones nuevas en el descongestionamiento de nuestra ciudad, no se han prevenido ni construido nuevas arterias que faciliten a los vecinos el desplazamiento a sus residencias. Si todas estas obras van a seguir construyéndose con fechas electorales, faltarán muchas iniciativas complementarias que serán muy necesarias para el buen ordenamiento de nuestra ciudad.

Manuel Jiménez Martínez **

Mérida