Los datos del sondeo sobre la percepción de la situación económica española publicados por este diario indican que vivimos en una sociedad atemorizada por la posibilidad de perder el empleo; que desconfía del sistema financiero, pero no hasta el punto de retirar el dinero de su banco, y que mayoritariamente entiende que la crisis tiene un carácter internacional antes que local. Es decir, el pesimismo impera, pero no hasta el punto de desencadenar el pánico.

Que uno de cada cinco trabajadores tema perder el empleo en los próximos seis meses señala la dureza con la que la crisis ha golpeado al sistema productivo y la debilidad de este para conservar los puestos de trabajo, ya sea por la precariedad de los contratos, ya por las dificultades de las empresas para mantener la actividad. Es, además, muy mayoritaria la sensación de que las cosas no van a mejorar en el 2009.

Esa ola de pesimismo deteriora la imagen del Gobierno. Un 36,3% cree que el Ejecutivo de Zapatero ha gestionado mal la crisis. Tal vez no sea ajena a estos resultados de la encuesta la percepción de que el Gobierno tardó en señalar la gravedad de la situación.