Hace dos veranos, Iglesias se apropiaba de Jesús con efecto retroactivo. «Jesucristo habría sido de Podemos», dijo, y tan a gusto. Hace en cambio dos semanas, este creador compulsivo de posverdades, la última la de relacionar a Lope con expresiones tan poéticas como «se la bufa», presentó una iniciativa parlamentaria para eliminar la misa de los domingos de la 2, en nombre de la sensatez.

El lector ingenuo puede que vea cierta contradicción entre ambos asertos, pues resulta incoherente apoderarse de modo presuntuoso de la figura de Jesús y al mismo tiempo vetar la proyección de la celebración que conmemora el momento en que el mismo Jesús estableció el sacramento del amor. Pero el lector avisado lo entenderá. Porque entre aquel 2014 y este 2017 la distancia recorrida por el partido ha sido sinuosa, larga y bipolar. Así, los que amanecían indignados, al minuto proclamaban ser el partido de la sonrisa, el amor y la ilusión y ahora eran transversales, luego activistas revolucionarios de izquierdas y poco más tarde socialdemócratas. Por tanto la aparente contradicción no es tal, sino que constituye en gran medida la seña de identidad de grupo, construida también a golpe de escandalitos, montajes y mucha tele. Por no insistir en los numerosos episodios fratricidas, purgas y enfrentamientos que han mermado la unidad y cuya mayor prueba es que, de la plana mayor que acompañaba al dirigente emulando a los hombres de Paco en sus posados triunfales y televisados, quedan poquitos.

Después, de un modo que recuerda demasiado los modales chuletas del impresentable Dijsselbloem, Montero, la parlamentaria, no la presentadora, ha expresado a boca llena que en las misas se incita al odio y a la homofobia y que son prácticamente delito. El lío está montado, que es lo que les gusta. La acción, en la calle, como si el parlamento se las bufara, a no ser que sirva para el teatro y las iniciativas políticas ni necesarias ni urgentes, peregrinas como la de los rabos, inútiles y retrógradas como prohibir cultos. El caso es sembrar discordia.