TMtodesto es un extremeño de cincuenta años, se considera una persona afable, llena de vitalidad y amigo de sus amigos. Lleva más de treinta años trabajando en el sector de la bollería artesanal, de la repostería haute cuisine , filigranas con mucho ajonjolí, todo un clásico en nuestra región, aclamado en un millar de pastelerías y premiado en infinidad de certámenes culinarios. Modesto invierte mucha pasta en I+D+i, contrata un coaching manager y se lanza al mundo online llegando a alcanzar los diez millones de me gusta en menos de un año en una red social. Este currante de la confitería, el Ferrán Adriá de las bolluelas y los pestiños, decide internacionalizar su empresa, darle un vuelco más snob a sus quehaceres de tahona y hacer de sus rosquillas de viento unas Wind Donuts del carajo. Coge aire, se impulsa y el maestro pastelero se lanza al programa de misiones comerciales que se desarrolla en la región. De los USA a la nueva URSS pasando por Tongo Belga y parada y fonda en la capital del dulce, París la douce , que diría Billy Wilder . En todas se estrella, nadie entiende sus dulces, sus formas toscas de concebir tan ricas dulzainas, bollos de chicharrón repletos de miel y con un alto elevado nivel de añugamiento esofágico según la escala Alimentary Bolus . Lo intenta en Argentina y le expropian el 51% de las flores de miel en la aduana, en los Emiratos árabes le ponen burka a sus hojaldres y en Olivenza pierde en el desfile anual de bollería fina. La Técula Mécula, se erige por enésima vez, la reina del evento. Los gritos desesperados de Modesto a los jueces; ¡Arbitro Ferrete! no causan su efecto. Sin un duro, con sus fábricas sumidas en llantos y bajo la tutela de los expedientes de regulación de empleo, Modesto es acosado por acreedores y pide auxilio institucional. Le dan exilio administrativo y silencio con azúcar glass. Decide tira avante con la empresa de la manera que sea y monta una pequeña pastelería en la frontera con Portugal, en las estribaciones por donde pasará el futuro AVE, al ladito de la Plataforma Logística del Suroeste Europeo y en el mismo meridiano que atraviesa el Eje 16. Modesto abre religiosamente su pastelería todas la mañanas muy temprano. Con algo de saudade, con la puerta entreabierta, con el viento y aroma de jara y flor de olivo, atiende a turistas despistados. Con el espíritu emprendedor en el final del intestino grueso y la internacionalización en un cartel de liquidación por imbécil , Modesto cierra todos los días de la semana de manera puntual, como una salva, una hora después de abrir.