Aunque el Festival de cine gay lésbico de Extremadura, Fancinegay, celebra ahora su décimo aniversario, lleva unos once en las cabezas de algunos de nosotros, los mismos que participamos como espectadores y colaboradores del que fuera el segundo Lesgaicinemad, y que viendo entonces el cortometraje America, the beautiful o esa lírica película canadiense llamada Lilies pensamos que si el cine podía lograr que nos perdiéramos en escenarios fantásticos e imposibles, bien podía también lograr que nos acabáramos creyendo, aunque solo fuera mientras estuviéramos en la butaca, que era posible que dos chicos bailaran enamorados en medio de un suburbio de Londres, con su madre y su vecina imitándoles al lado, dijeran lo que dijeran los que prefieren hablar a vivir, como ocurría al final de esa preciosa película inglesa, Beautiful Thing . O perdernos en el apasionado romance entre una profesora tímida y tradicional y una lesbiana circense, mucho más desinhibida, como ocurría en la también canadiense Cuando cae la noche , por poner dos ejemplos, y dos ejemplos significativos para los que estamos desde el principio en esta andadura, porque son películas que se proyectaron en la primera edición, y que afortunadamente continúan frescas en nuestra retina.

XLAMENTO QUEx quienes descubren recientemente nuestra criaturita no las conozcan, bien podrían haberse programado en una retrospectiva que bien pudiera haber tenido lugar en esta edición del festival, pero cuando nos sentamos a acoplar piezas para organizar esta décima edición decidimos no mirar demasiado hacia atrás, porque entre otras cosas algo nos lo impedía, y miren que el que escribe es de los que no huyen ni de la melancolía ni del disfrute de la saudade, que diría Cesaria Evora , pero es que la sensación que generaba el hacer balance mirando hacia estos diez años de festival se hacía pesada, compleja, y esto mínimamente racionalizado acabó por cristalizar un buen día en una idea clara y nítida: No todo tiempo pasado fue mejor- y es que así es al menos para los que somos homosexuales, bisexuales o transexuales y hace ya tiempo que decidimos que eso de ocultarnos no iba con nosotros, y sobre todo que ya estaba bien de tener que irse a grandes ciudades para vivir, amar y sentir.

Por supuesto que es agradable pensar en las muchísimas cosas vividas estos años, e incluso en las dificultades que pudiéramos haber pasado, que afortunadamente se reblandecen en la memoria, porque de lo contrario sería pesada e incómoda, pero preferimos mirar hacia delante. Recordamos con agradecimiento la implicación de los que desde el principio estuvieron a nuestro lado, y con mucho cariño a cada persona que se ha ido subiendo al tren a medida que se acumulaban ediciones, bienvenidos, aquí cabemos todos los que creamos en la libertad, y es que este festival hoy no sería nada sin cada una de esas personas que un día colaboraron en uno u otro asunto, o que simplemente asistieron, porque les gustaba el cine o porque querían hacer suya la causa social que hace las veces de motor de la propuesta cultural.

Buscando sumar libertades hemos ido sumando complicidades, y poco a poco han llegado los derechos sociales y las libertades públicas que la movilización social y el respaldo político del centro izquierda en el Parlamento han hecho posible en nuestro país, desarrollando así una de las muchas aristas que tienen las libertades que poco a poco vamos complementando, el campo de los afectos y el deseo, que aun lejos de poder ser sublimados han sido reprimidos durante tantos años aquí, tanto o más como lo siguen sufriendo hoy los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales de muchos territorios del mundo, algunos incluso con la pena capital como amenaza.

No sé lo qué a un buen vino puede aportarle una década, pero a la cosecha del 71 nos ha dado capacidad para casarnos, ser padres y vivir en paz con nosotros mismos y con nuestra historia, sintiéndonos ciudadanos de pleno derecho del país en el que nacimos. Y por todo esto decimos que no cualquier tiempo pasado fue mejor, y pensamos que a esta criatura ya crecida que es el Fancinegay lo mejor que le puede pasar es seguir pensando en términos de futuro, y beber de las ideas de los jóvenes que vienen comiéndose el mundo, porque a pesar de lo logrado queda mucho camino por andar, mucho cine por ver, y muchas emociones por vivir, y eso queremos hacerlo desde la realidad que a lo largo de estos diez años hemos construido entre todos, y entre todas. Y en Extremadura desde la conciencia de que el festival ya es parte del paisaje cultural, como Triángulo es parte del escenario asociativo. El reto es consolidar Plural, el servicio extremeño de atención a homosexuales y transexuales, como referente institucional sólido en el terreno educativo y social en nuestra comunidad autónoma.

La misma en la que tozudos queremos seguir viviendo, y cada vez somos más, sin ocultarnos y queriendo a quien queremos y dejando que nos quieran quienes nos quieren, sumando entre todos hacia esa Extremadura cálida, saludable y libre que un día era tan solo parte de la ciencia ficción y que gracias a quienes creemos en los sueños hoy es más realidad que futuro.

*Presidente de la Fundación

Triángulo Extremadura