Es una vergüenza que estando en el siglo XXI haya tan poca profesionalidad y sensibilidad a la hora de atender a una mujer embarazada, de primer trimestre, que va manchando. Y no tengan la suficiente humanidad o no sé si decir, suficientes aparatos para hacer una ecografía y ver dónde está el embrión y saber que se está desarrollando bien y que la vida de la madre no corre peligro. Yo creía que la profesión del médico era salvar vidas y no actuar como que no me entero o me importa un comino, dejándolo hasta última hora cuando ya la vida de la persona no tenga solución.

Esto me sucedió el 26/01/07, que fui a urgencias del hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres, embarazada casi de tres meses y lo único que se les ocurrió decirme fue que si el embarazo iba bien, iría para arriba y si iba mal iría para abajo. Y así con estas palabras me vine para casa (vivo en Miajadas, a 65 kilómetros de Cáceres). El 1/02/07 me fui al hospital de Don Benito, porque volví a manchar y seguía con dolor. Me diagnosticaron un embarazo extrauterino, en la trompa. Si en Cáceres me hubieran hecho una ecografía lo hubieran visto y yo no habría corrido peligro, porque se me podía haber estallado la trompa y entonces hubiera sido el caos.

Espero que esta carta sirva para que no vuelva a pasar lo mismo.

Somos personas, no un número ni una maquinaria a la que se puede tratar como si no sintiéramos ni padeciéramos.

Purificación García Lorenzo **

Miajadas