Me ha llamado poderosamente la atención la ligereza con que, según la versión dada por este periódico, tanto el concejal de Seguridad de Cáceres como el jefe de la policía local, han manifestado que el reciente derribo del crucero de la plaza de Santa Clara ha podido obedecer a motivos antirreligiosos. En una ciudad en la que --especialmente en las noches de los fines de semana--, las muestras de gamberrismo son frecuentes y lo mismo se dejan parajes llenos de basura que se pintarrajean paredes, estatuas y esculturas, atribuir una muestra más de ese incívico proceder a motivos que no sean los propios del vandalismo no contribuye a la convivencia entre los vecinos. Pienso que las autoridades debieran ser más prudentes al emitir opiniones que, salvo que se demuestre lo contrario, carecen de fundamento. No basta con que digan que "se trata de una impresión muy personal".

Juan L. Corcobado Cartes **

Cáceres