Los cacereños lleva un mes de un sobresalto a otro. En la madrugada de ayer, el popular kiosco de la música del paseo de Cánovas volvió a ser el objetivo de los gamberros, que prendieron fuego a las sillas, sombrillas y mesas, lo que hizo que se dañara la tarima de madera. Un nuevo episodio de vandalismo que ni los propios responsables del gobierno municipal se explican y que necesita de una urgente actuación. Varios desconocidos la emprendieron con maceteros, esculturas o coches estacionados durante este fin de semana en lo que parece una oleada de actos vandálicos que no parece tener fin. La policía local ya ha anunciado que extremará las medidas para combatir estas acciones.

Y la sierra de La Montaña de Cáceres volvió a sufrir las consecuencias del fuego por segundo día consecutivo. En la tarde de ayer se inició un foco que obligó a movilizarse a un amplio dispositivo que demostró, con creces, su sobrada preparación. Los efectivos contraincendios lograron controlar las llamas hora y media después de iniciarse y, pese a que varias personas resultaron intoxicadas y otras tantas tuvieron que ser evacuadas, al final se pudo extinguir sin mayores consecuencias. Queda la duda si fue o no intencionado.