La cosa del aparcar se está volviendo más complicada, al menos en Zafra.

Hasta hace poco tiempo, el hecho de aparcar se limitaba simplemente a buscarse la vida . De un tiempo a esta parte, hay que ir evitando señalizaciones de zona azul y, últimamente, también las de zona naranja. Les aseguro que, cuestiones cromáticas aparte, la diferencia entre ambas zonas radica en la cantidad de tiempo que puedes tener tu vehículo estacionado, previo pago, por supuesto.

A todos (bueno... a casi todos) nos resulta chocante el hecho de tener que pagar por aparcar. Las zonas azul y naranja se van extendiendo como telas de araña; primero el centro de Zafra, luego el pericentro ... y pronto lo serán también el precentro y el postcentro . El caso es pagar por aparcar cerca de la calle Sevilla y aledaños, cerca del centro de salud y aledaños, cerca del parador y aledaños ... y cada vez más aledaños (vamos, que nos salimos de Zafra. ¡Que tampoco es tan grande, por favor!). Es evidente que cada vez hay más coches en Zafra-, pero no todo debe solucionarse pagando.

Eso sí. Voy muchas mañanas a llevar a mi hija al instituto y, por ejemplo, la acera del Suárez de Figueroa está llena de coches (¡sí, la acera!), o en el desaparecido pericuto de la plaza de toros, donde, por ejemplo, el dueño de un coche blanco matrícula de Cádiz lleva años aparcando sobre la acera, supongo que para que no se le enfríe el café de un bar cercano, o en la mini-rotonda del parque donde la gente aparca a su antojo, o en- (les aseguro que todas son zonas bien visibles).

En fin, que reivindico dos nuevas zonas: la verde (para aparcar a placer, sin ningún temor a represalias, Por cierto, visto lo visto, no deberían descartarse las aceras ni las zonas hasta ahora prohibidas) y la roja (para no aparcar ni por placer, con la correspondiente sanción, por supuesto).

Eloy Oliva Sayago **

Zafra