OIDO POR AHI

No a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra. no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra, no a la guerra.

En todos los idiomas del planeta, en todas las ciudades, en voces de todos los colores, en gentes de todas las religiones, en ciudadanos de todas las clases sociales, en gargantas enronquecidas por el grito, en labios que apenas susurran, en manos enlazadas a otras manos, en energía que discurre en la misma dirección, en canciones de otros tiempos, en nuevas canciones, en caras conocidas, en caras anónimas, en hombres emocionados, en hombres con rostro impotente, en niños con palomas, en ancianos en sillas de ruedas, en gestos crispados, en gestos comedidos, en gente cansada de manifestarse, en gentes que era su primera manifestación, en pancartas ingeniosas, en pancartas obscenas, en ripios divertidos, en versos de poetas.

No a la guerra. ¿No lo habéis oído por ahí?