XLxlamar la atención sobre la economía en medio del frenesí político que sacude a los pueblos de la península ibérica entre Portugal y los Pirineos puede parecer inoportuno, incluso impertinente, cuando la Comisión Europea prevé un aumento del PIB español en 2005 y para los dos próximos años por encima de la media de la zona euro. Pero la comisión también advierte sobre el agotamiento del modelo de crecimiento español y sobre una inflación superior a la media comunitaria, que resta competitividad a los productos españoles. Datos a tener en cuenta, puesto que, al final, el acierto político se mide por las oportunidades que perciben los ciudadanos, cuyas preocupaciones y prioridades en las sociedades democráticas, generalmente, y el momento actual no es una excepción, pasan por el crecimiento y el empleo.

La política es compleja y la economía fácil, dice el premio Nobel Samuelson , claro está que refiriéndose a otras circunstancias. Cuando funcionan los mercados competitivos, el crecimiento económico y el empleo no entrañan grandes misterios. Este planteamiento muchas veces se rechaza por abstracto, dando a entender que la economía básicamente está sujeta a poderes y decisiones de naturaleza política, que benefician a unos colectivos en detrimento de otros, y siempre a las grandes corporaciones, lo que paradójicamente sucede cuando se impide el funcionamiento de la competencia. Sin embargo, las denostadas leyes económicas son muy persuasivas en los hechos, por su racionalidad o por simple sentido común.

En pocas palabras, el capital, el trabajo, la tecnología, la capacidad empresarial, las materias primas, en general, los recursos que se emplean en las actividades económicas son escasos, y por eso tienen precio. La asignación de recursos entre distintas empresas está en función de su rentabilidad. Las actividades más rentables son aquellas que tienen más valor y prioridad para los clientes, usuarios o consumidores, que compran o no compran, si pueden elegir, los bienes y servicios ofrecidos. Por tanto, la búsqueda de oportunidades de inversiones rentables es el motor del crecimiento y el empleo. En los países más competitivos la rentabilidad de las empresas va asociada a la eficiencia y a la innovación; y al esfuerzo y desempeño con que mutuamente se exigen sus funciones los agentes que interactúan en el mercado. Las empresas competitivas se apoyan fundamentalmente en la cualificación y especialización de sus trabajadores. Cuantos más trabajadores de alta cualificación y especialización trabajen más trabajadores no especializados o con menor cualificación podrían estar ocupados. En general, cuantas más personas trabajan más necesitan que otras personas desempleadas trabajen, y al contrario.

Pero como decíamos más arriba, la economía suele acomodarse o redefinirse en prioridades de naturaleza política. En los últimos tiempos los nacionalistas catalanes llevan la iniciativa, que apunta en dos direcciones. Por una parte, se quejan de los favores y privilegios concedidos a las empresas de Madrid por los poderes públicos, como si esto no ocurriera en Barcelona o en Bilbao. Por otra parte, se quejan de soportar la dura competencia de la globalización, como dando a entender que el resto de los españoles están más protegidos o subsidiados. Y sobrepasando lo que hasta hace poco se consideraba políticamente incorrecto, se vuelven a quejar de que los ciudadanos de las regiones menos prósperas, a través de la redistribución estatal, mejoren sus rentas a costa de los catalanes. De este modo llegan a afirmar que la solidaridad entre españoles frena la competitividad de la economía catalana, que no pueden ejercer de motor de la economía española , un mito en el que ya nadie cree.

Aunque estos argumentos son injustos, y no tendrían cabida en una nación de ciudadanos iguales, incompatible con privilegios económicos territoriales o históricos , cualquier avance en las pretensiones catalanas, tanto si es bilateral como multilateral, hará que las oportunidades de los extremeños dependan más si cabe de los incentivos y las oportunidades para llevar adelante empresas competitivas en Extremadura.

*Economista