No presencié el programa, pero por lo visto, en 24 horas no se trató a Pablo Iglesias con el arrobo con el que tradicionalmente se ha hecho en otras cadenas --privadas-- en las que incluso esta humilde escribiente detectó alguna vez cierta clac que dirigía los aplausos cuando el eurodiputado emitía alguno de sus justicieros asertos. Por lo leído luego, Sergio Martín , el descorbatado director del Canal, se dirigió al jefe natural de Podemos para afirmar que ya que él, el líder, había abogado a menudo por la liberación de los presos de ETA, --lo he visto, ustedes pueden verlo--, entonces debería estar de enhorabuena por la reciente excarcelación de algunos de estos sanguinarios personajes.

La interpelación levantó inmediatas ampollas en el entorno del dirigente y en las redes sociales. Pretendo ser observadora imparcial. Sin embargo, me complace que el joven profesor prefiera ahora la socialdemocracia nórdica que el sistema presidencialista venezolano, por el cual también no hace mucho le oí y vi decir que sentía envidia. Y dado que el antiguo marxista se declara ahora keynesiano, o eso parece, porque la cosa no está clara, lo mismo que ha cambiado de opinión en sus creencias económico-sociales ha podido hacerlo en su opinión sobre los presos de la banda asesina. Pero es deber del periodista indagar en las posibles contradicciones de un personaje público. Sergio Martín no insultó. Solo por una obviedad no comprendo el griterío.

De cualquier forma, en su programa Otra vuelta de tuerka, el ofendido logró cumplida reparación, al sorprender a Gabilondo y al orbe todo con el notición de que él y su heroico entorno propiciaron la caída de Aznar , el luctuoso día en que todos los españoles de bien lloraban horrorizados la masacre del 11M. Todos menos los que aprovechaban el peor atentado que ha sufrido nuestra patria para encender la calle de odio. ¡Hace diez años ya latía en sus jóvenes venas el ardor mesiánico de quien conduce a las masas a la victoria! ¡Y el PSOE envidiando la autoría intelectual de la hazaña! ¡Qué desastre!