XDxescriben los cronistas de la conquista de Méjico muchas costumbres curiosas de los aztecas, extrañas a nuestros ojos, pero hay una que me ha venido a la memoria a la vista del comportamiento de algún ministro del Gobierno ante la noticia, la muy feliz noticia, del apresamiento de una furgoneta cargada de explosivos y del comando etarra encargado de llevar a cabo la operación terrorista. Contaban que en el antiguo imperio azteca, la disputa por la jefatura del poder terminaba con la ejecución del contrincante, al que se le cortaba la cabeza y se jugaba con ella a meterla por un aro vertical de piedra existente en la pared de un amplio palenque. Posteriormente la cabeza se sustituyó por una pelota de caucho y al parecer éstos son los orígenes del baloncesto, un deporte exquisito en donde los jugadores ni pueden rozarse. Esta evolución del palenque brutal a la cancha de baloncesto, es la que anhelamos los españoles para todos los comportamientos políticos, en las campañas electorales también.

La verdad es que intentar transformar un hecho tan encomiable y positivo, como es la detención de unos asesinos disfrazados de extremistas políticos, evitando lo que hubiera podido ser una tremenda masacre, en un arma arrojadiza contra los socialistas, es retrotraernos al palenque, debilitando algo tan necesario como es la básica unidad de fondo de ambos partidos, tanto para combatir el terrorismo como para oponerse a los intentos secesionistas que pudieran derivarse de algunos nacionalismos democráticos. España nunca la va a vertebrar el PP solo, ni tampoco el PSOE, por mucha capacidad de aglutinación que tenga por la izquierda. España está segura en el entendimiento de ambos partidos en las cuestiones básicas del Estado. Nadie podrá negarle a Zapatero su capacidad de diálogo y consenso en estas cuestiones. Y estas cuestiones son precisamente las que nunca deben entrar en el debate electoral. Porque si entran se debilita la democracia como sistema y España como nación.

Quede clara la felicitación a la Guardia Civil y extiéndase a quien corresponda, pero un ministro es antes ministro que candidato a un escaño y en él deben predominar las responsabilidades de gobierno sobre cualquiera otra.

En esta habilidad de aguar fiestas se dan toda clase de excesos, incluso en la incorrecta interpretación de los comentarios hechos por este o aquel político relevante, interpretaciones a veces dolosas que rayan lo torticero.

Que la información que se tiene sobre ETA es ahora mucho mayor que la habida en épocas anteriores parece evidente. Y es magnífico que así sea. Que este conocimiento multiplica la eficacia de la lucha antiterrorista, también. Que desde fuera, la interceptación de vehículos y terroristas parece mas bien fruto de la información que del azar, también, y mucho mejor que así sea, porque si fue una afortunada carambola del destino, recordemos que la suerte no acostumbra a repetirse. Y que alguien interprete que el conocimiento anticipado de la secuencia de los hechos pueda permitir el que sean administrados en clave política y se dude si esto se ha hecho o no, no puede extrañarnos dado el desleal comportamiento que el PP está teniendo en esta cuestión, no es para escandalizar a nadie.

Rajoy hasta ahora se había mostrado civilizado en sus declaraciones, templando las destemplanzas de Aznar y sus ministros; y de manera exquisita le ha correspondido Zapatero, no destemplando templanzas, y se vote a quien se vote, de estos comportamientos nos alegrábamos todos, por eso extrañan sus últimos comentarios, sacando de contexto y de lugar algunas manifestaciones hechas por dirigentes socialistas sobre la secuencia de los hechos referentes a la detención de Cuenca.

Huyamos del palenque brutal y juguemos en la cancha de baloncesto.

*Ingeniero