La Comisión de Desarrollo Local del Ayuntamiento de Cáceres dio luz verde al párking en Cánovas y en Primo de Rivera. Un paso adelante de una obra que, aunque nadie duda de los efectos beneficiosos que tendrá cuando se acabe (más de 600 plazas de aparcamiento en el centro), comporta una decisión arriesgada, porque es tanta la incidencia en la normalidad de la vida ciudadana, que el consistorio, además de analizar con mucho rigor las alternativas al tráfico que presenten las empresas que hagan el estudio de viabilidad, tendrá que hacer una intensa labor pedagógica para convencer a los vecinos de que las molestias de hoy serán el provecho de mañana. Máxime cuando hay otras alternativas, como el proyecto no nato de aparcamiento en superficie en Rodríguez de Ledesma, que lograría resultados parecidos con una molestia mucho menor. Cáceres necesita una red de aparcamientos, siempre publicitada y nunca llevada a cabo --de hecho, el proyecto de Cánovas desde los de El Perú y Obispo Galarza--, pero el que ahora se anuncia es el de mayor impacto. Un factor que habrá que tener en cuenta. También de cara a las elecciones, porque una zona como la afectada por el aparcamiento estará patas arriba el día de las próximas votaciones.