Periodista

Otra vez el presidente del Parlamento vasco, Atutxa, ha negado la palabra a un portavoz del PP en una sesión plenaria. "Esa no es una cuestión a tratar", cortó al diputado que protestaba porque a Carlos Iturgáiz no se le hubiera permitido entrar en el salón; cumple castigo de ausencia obligatoria de dos plenos, también impuesta por Atutxa, por haber discutido con un parlamentario de Batasuna, que, faltaba más, sigue sentado en su escaño.

Un Parlamento es un lugar de encuentro para hablar. El vasco, no. El porqué lo explicaba un editorial de The Wall Street Journal: "En Europa existe un lugar, el País Vasco, donde el terrorismo aún infunde miedo a la población y secuestra la democracia". Atutxa sancionaría a quien osara afirmarlo.