El otro día en un programa de la radio se pasaron una hora hablando del problema de la anorexia; que si la culpa es de las tallas de la ropa, que si las modelos famélicas, que si las propias enfermas son muy exigentes consigo mismas... El tema era tratado con aparente seriedad y sensibilidad. Digo aparente porque todo se fastidió en el descanso publicitario. El primer anuncio fue para mantener la línea y el segundo para tener unos dientes blancos y bonitos... ¿Es que seguiremos permitiendo que nos tomen el pelo de esta manera? Llevamos días que no se habla más que de los accidentes de tráfico, que si es una barbaridad 108 muertos en Semana Santa... ¿Cuántos anuncios de coches nos ponen en los descansos del telediario, o demás programas? ¿No han oído los mensajes? Pues el coche debe ser el primer valor de nuestra vida (Imanol Arias) o nos da la felicidad, o no puedo vivir sin él, etcétera.

Mientras seamos tan incoherentes, tan ciegos, tan estúpidos, nuestros hijos seguirán muriendo por todo lo que estamos permitiendo que les metan en la cabeza y el corazón; y no hacemos nada. No podemos pedir a nuestros hijos algo diferente a lo que está llenando sus vidas, no podemos pedir peras al olmo.

Teresa de Vallejo **